Opinión

¡Ay, que cansancio!

Que cansancio, la verdad. Si ya a uno no le bastaba con sentirse un idiota por estar bien representado en el Gobierno, ahora resulta que debe odiarse por ser español, blanco, heterosexual y patriota. No sabe uno de qué palo ahorcarse, maldita sea.

Ahora resulta que Colón fue un genocida. Ahora resulta que los catalanes que hasta hace nada reivindicaban el “llinatge catalanesc” del Almirante quieren derribar su estatua en la Ciudad Condal. (Al menos el dedo deberían preservarlo como icono del “Día del Orgullo Independentista”). 

Ahora resulta que hay hincar la rodilla en tierra, pedir perdón por las tres Carabelas y renegar de los hermanos Pinzón. La “Fiesta de la Arribada”, que conmemora en Baiona la llegada de la nao “La Pinta”, que trajo a bordo un Nuevo Continente, no es más que un aquelarre goyesco que representa al “Gran Cabrón” de Colón comiéndose a los niños indiecitos. Hay que joderse.
Hay que joderse también con lo del “black lives matter”. La vida de los negros importa. Toma, ¿y la de los blancos qué? Cabe reseñar que no dicen “la vida de los afroamericanos importa”; les llaman “negros”, así, a bocajarro, sin anestesia ni nada. Tienen que hacérselo mirar. Aquí si uno dice “negro”, es un hijo de puta. Directamente. Aquí uno no puede llamarle negro ni al futuro que nos depara la covid-19. Cuánta ignorancia, señor. Los negros, en EEUU, mueren a manos de los negros.

Fundamentalmente. Los negros, en EEUU, matan nueve veces más a los blancos que los blancos a los negros. Las estadísticas allí son bastantes más fiables que las del CIS de Tezanos. En EEUU hay un problema de abuso policial, que es muy distinto, pero que a nadie parece escandalizar cuando disfrutamos tanto con sus películas. Desde “Harry el Sucio”, hasta “Sicario” de Benicio del Toro, pasando por la “Jungla de Cristal”, blacks, whites o mexicanos, caen como moscas a manos de la bofia. Cuánto cinismo, dios. 

“Basura blanca” (“white trash”) es el término despectivo con que los americanos designan a los que están en bancarrota a nivel cultural; también va asociado a pobreza y a excentricidad. Vamos, los que en España hacen “Sálvame”, los que ven “Sálvame” y los que salen en “Sálvame”. Y los que cobran el PER, y  los que viven del cuento, y  los que votan a sabiendas de que “delenda est Hispania” es lo que pretenden sus líderes políticos. La basura blanca es más contaminante que el petróleo.  

“Si hay algún idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados”, la frase no sé quién la dijo pero “delenda est quisquilia” (la basura debe ser destruida) antes de que nos destruya. Sin dolor. Sin piedad. Blancos, negros o mediopensionistas. Me refiero a la basura política. 

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