Opinión

¿Y ahora qué?

Con la respuesta de Carles Puigdemont a Mariano Rajoy se abre un capitulo más en la farsa impulsada desde la Generalitat y que desgraciadamente ya está adquiriendo tintes de tragedia.
¿Y ahora qué? se preguntan los ciudadanos. ¿Cumplirá el Gobierno Rajoy con su obligación de restaurar el orden constitucional en Cataluña o le temblará el pulso?
Llevamos meses, años, hablando de los independentistas pero poco de esa mayoría silenciosa que vive con angustia el "procés". Una mayoría que con su silencio ha dejado hacer seguramente porque no creía que las cosas iban a llegar adonde han llegado.
Lo mismo que la actitud meliflua de muchos de los empresarios y banqueros que ahora corren a situar sus sedes sociales fuera de Cataluña. Ellos tienen una responsabilidad si cabe mayor. Como la tienen los distintos gobiernos de España, socialistas y populares, que permitieron que anidara el huevo de la serpiente.
Tiene razón Toni Cantó cuando ha dejado dicho en el Congreso que en los colegios catalanes se adoctrina a los niños. Otra cosa es que sea un error la propuesta de Ciudadanos, de crear un organismo que vigile los centros para evitar el adoctrinamiento. Y es un error porque no es necesario, para eso está la Inspección, eso sí, exigiendo a los inspectores que de verdad cumplan con rigor su función.
Pero negar que en muchos colegios catalanes se siembra en los niños el independentismo es negar la realidad. La socialista Luz Martínez Seijo dijo ante sus señorías que eso solo sucede puntualmente. Pero ella sabe, como lo sabemos todos, que desgraciadamente no es una excepción.
No hace tantos días que veíamos a numerosos grupos de niños manifestarse a favor del referéndum ilegal, e ir a proferir gritos contra la policía, con el asentimiento de sus profesores y digo asentimiento porque nadie les impidió no ir al colegio o al instituto, sino que simplemente les dieron fiesta.
Así que la realidad es que en los últimos cuarenta años en las escuelas catalanes se han ido sentando las bases para que hoy haya un buen numero de independentistas. Y es que, aunque algunos ahora se empiecen a caer del guindo, lo cierto es que Jordi Pujol y los suyos se han dedicado todos estos años "a hacer país" como le gustaba decir al propio Pujol. Y a la vista está que lo han hecho.
Pero todo esto ya es leche derramada así que volviendo a la realidad de hoy, aquí y ahora, la carta de Carles Puigdemont a Mariano Rajoy negándose a volver a la legalidad es la peor de las noticias. El sábado se reunirá el Consejo de Ministros (¿por qué tan tarde?) y a partir de ahora puede pasar cualquier cosa dado que el movimiento independentista viene demostrando un desprecio absoluto a la Ley y a democracia.

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