Opinión

A pesar de la que se nos viene encima: Feliz 2020

Estrenamos año, el 2020, y los unos a los otros nos deseamos que sea un buen año, que tengamos salud (es lo más importante), trabajo, armonía personal, paz en el mundo, etc, etc, etc.
Es decir nos deseamos lo de todos los años a la espera de que se haga el milagro y se hagan efectivos estos buenos deseos que intercambiamos como muestra de cortesía. Además por soñar con un futuro mejor que no quede.

Lo que pasa es que la realidad es tozuda y en nuestro país despedimos el 2019 en medio de la incertidumbre y la desesperanza y damos la bienvenida al 2020 con la misma incertidumbre y resquemores.

Los ciudadanos nos preguntamos cómo es posible que desde Esquerra se exigiera a Pedro Sánchez para abstenerse en su investidura que la Abogacía del Estado les fuera favorable, es decir permita a Oriol Junqueras a ejercer como eurodiputado mientras el Parlamento Europeo tramita, si es que lo hace y cómo lo hace, su suspensión de inmunidad.Y mire usted por donde ha conseguido lo que exigía.

Lo cierto es que Esquerra no ha engañado a nadie. Sus propuestas son clarísimas y el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha hecho todo lo que está en su mano para cumplirlas.

Pero hay algunas cosas que el Presidente en funciones nos debe de explicar a los ciudadanos y es, si como se ha filtrado, el texto de la Abogacía del Estado, antes de hacerse público, estuvo en manos de los líderes de Esquerra para ver si les satisfacía y por tanto daban su visto bueno a que sea posible la sesión de investidura de Sánchez. Si Pedro Sánchez no da una explicación convincente permanecerá la sombra de la sospecha de que el Gobierno ha presionado a la Abogacía provocando un deterioro en la confianza de los ciudadanos hacia esta institución.

Tampoco podemos olvidarnos que Pedro Sánchez intenta que traguemos ruedas de molino después de la deslealtad manifiesta de los partidos independentistas catalanes cuyos postulados políticos tienen tintes xenófobos y que además intentaron quebrar las reglas de la democracia y del Estado de Derecho con la convocatoria de un referéndum ilegal y la proclamación de una República más ilegal todavía.

Lo peor es que estas fuerzas políticas de comportamiento antidemocrático reciben el respaldo de otras fuerzas, como Podemos. Es evidente que Pedro Sánchez ha decidido que Moncloa bien vale una misa, en su caso el acuerdo con fuerzas que han intentado un golpe contra la Constitución y el acuerdo con una formación, Podemos, que ha venido poniendo en cuestión lo que califican despectivamente "régimen del 78", que no es otra cosa que el pacto constitucional gracias al cual los ciudadanos hemos podido vivir los últimos cuarenta años en un sistema democrático con todas las libertades garantizadas.

De manera que los acuerdos entre PSOE y Podemos tampoco son muy halagüeños por más que utilicen un lenguaje combativo con el que dividen a los españoles. Eso de subir los impuestos a los "ricos" está muy bien siempre y cuando se los suban de verdad a los ricos y no a las clases medias ni a los profesionales liberales. Porque al final los ricos riquísimos cuentan con entramados financieros que, comparativamente, les permite pagar menos impuestos que a un profesional liberal.

Las medidas pactadas entre PSOE y Podemos provocan inquietud y hay muchos expertos que auguran un empobrecimiento general de la sociedad. Esperemos que no se cumplan tan negras expectativas pero... la verdad es que hay motivos para la preocupación y la desconfianza Por cierto que ni Pedro Sanchez ni Pablo Iglesias admitieron preguntas en la rueda de prensa en la que han firmalizado sus pactos de Gobierno. Así se las gastan el Presidente y el ya casi vicepresidente del Gobierno, con un desprecio absoluto a la prensa, demostrando que para ellos los periodistas son secaderos de su propaganda.

Por otra parte quienes pensaban que el fin del bipartidismo serviría de revulsivo para acabar con algunos de los defectos del sistema convendrán que no ha sido así sino todo lo contrario.

La aparición de partidos que se sitúan en los extremos como es el caso de Podemos por la izquierda y de Vox por la derecha constituyen un sobresalto. Lo cierto es que la decadencia del PSOE y del PP es igualmente una mala noticia. Ambos partidos sobre los que ha pivotado la política española en las últimas décadas no pueden disimular su desgaste. Ya no ilusionan, pero lo peor es que los partidos que tienen a derecha e izquierda tampoco ilusionan.

Y vuelvo a la aparición de VOX, porque tristemente nos estamos homologando con otros países de Europa que han visto florecer en su seno a partidos de ultraderecha.

En fin que el 2019, en lo que a la política se refiere, no ha sido un buen año y el 2020... bueno el 2020 está por escribir, por ahora es un calendario en blanco. Así que ¡FELIZ AÑO!

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