Opinión

¡Menudos amigos!

Donald Trump lo ha dicho alto y claro: Arabia Saudita es un buen amigo de Estados Unidos. Así que el presidente norteamericano tendrá que lidiar entre el informe de la CIA acusando directamente al Príncipe heredero de los sauditas Mohamed BinSalman de ser responsable directo del asesinato del periodista Jamal Khasgoggi y esas buenas relaciones, basadas en importantes intereses económicos entre los dos países.
En realidad el de Trump es el eterno dilema al que se suelen asomar día sí y día también los dirigentes de los países democráticos: o hacer la vista gorda ante los desmanes y atropellos de los derechos humanos en determinados países "amigos" o darles un toque de atención, denunciarles y poner en peligro importantes intereses económicos.
La política internacional suele ser una gran farsa precisamente porque priman los intereses económicos a cualquier consideración ética o moral. Por eso cuando a los dirigentes europeos se les llena la boca de frases rimbombantes para acusar a tal o cual país de no cumplir con los estándares democráticos es porque esos intereses van a ser sustituidos por otros, o ven que la ganancia está en potra parte.
Hace no tanto en nuestro país afloraba la polémica en torno a unas bombas que el Gobierno debía de enviar a Arabia Saudita y cuando la ministra de Defensa Margarita Robles, desde un planteamiento ético, apostó por la cautela alegando que había que revisar ese contrato antes de enviar esas bombas, el propio Presidente de Gobierno Pedro Sánchez asumió en primera persona el envió de las bombas. A Sánchez no le tembló el pulso a pesar de que no hacía tanto que los aviones sauditas habían bombardeado objetivos civiles en Yemen. El que la ministra portavoz la señora Celaá o la propia Vicepresidenta Calvo, justificaran que las bombas eran tan precisas que no matarían civiles en caso de ser utilizadas fue un ejercicio de cinismo amen de querer tomarnos por tontos a los ciudadanos.
En realidad Sánchez lo tuvo claro, no se andó por las ramas de las consideraciones morales: España tiene intereses importantes con Arabia Saudita exactamente la misma posición de Donald Trump.
No sé qué pensara nuestro Presidente ahora que la CIA, sí, sí, nada menos que la CIA, o sea no una ONG, ha señalado al príncipe heredero Mohamed Bin Salman como el responsable directo del asesinato de Jamal Khasoggi.
Pero es de suponer que Sánchez al igual que Trump, lamentara lo sucedido y poco más.
Ya digo que el Presidente norteamericano lo ha dejado bien claro: Arabia Saudita es un país amigo. ¡Menudo amigo!

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