Opinión

¡Menuda campaña!

Me pregunto si a alguno de los contendientes en la campaña electoral además de proferir insultos contra sus adversarios, tendrá a bien explicarnos qué modelo de país tiene, qué va a hacer exactamente si consigue llegar a la Moncloa.
Hasta ahora lo que escuchamos de Pedro Sánchez es un "cuidado" que viene la derecha y la ultraderecha, a Pablo Casado gritando que Sánchez es un "vendepatrias", a Albert Rivera clamando que hay que acabar con el "sanchismo" como sea, en cuanto a Podemos casi, casi, luce por su ausencia. El partido de los podemitas parece descabezado y sus dirigentes mantienen un discurso envejecido.
O sea, que nos espera una campaña electoral con mucho ruido y pocas nueces donde lo que más vamos a escuchar son descalificaciones e insultos amen de esas "frases" y eslogans tipo pellizco de monja que se les ocurre a los asesores de imagen.
Eso sí, en esta ocasión salen todos convencidos de que van a ganar. A Sánchez se lo auguran las encuestas, y no me refiero solo a la del CIS, sino el resto de las que se vienen publicando. Ciudadanos aparece como el partido que más va a crecer, Pablo Casado no termina de cuajar pero echa cuentas y contando con Ciudadanos y Vox cree que puede gobernar, en cuanto a VOX por poco que obtenga gana puesto que ahora no tiene nada. ¡Ah, falta Podemos! Sí. Podemos, dicen los augures de las encuestas, está de capa caída, que pierde votos a granel.
Pero si me preguntan mi opinión, y aunque no me la pregunten se la voy a dar, creo que el 28 de abril puede pasar cualquier cosa. Es como tirar una moneda al aire con las mismas posibilidades que salga cara que cruz.
Lo que si parece es que se ha acabado el tiempo en el que un solo partido obtenía mayoría absoluta y que por tanto solo cabrán acuerdos y coaliciones. Así, por un lado estarían PP y Ciudadanos con el apoyo de VOX, al que todos los analistas ya consideran un actor político a tener en cuenta, y por otro el PSOE junto a Podemos y los partidos independentistas, ya que a estos últimos les interesa que Pedro Sánchez continúe siendo el inquilino de la Moncloa.
Pero a lo que iba: además de insultos, descalificaciones, gracietas y demás, los líderes políticos deberían mostrar algún respeto por los ciudadanos y explicarnos a fondo su programa electoral más allá de sus deseos irrefrenables de ganar.

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