Opinión

Veinte años de éxito al mar

Estos días, casi coincidiendo con la Reconquista, se cumplen dos décadas de la puesta en marcha de Abrir Vigo al Mar, o si se quiere de su fase más relevante, la transformación del entorno portuario entre A Laxe y la plaza de la Estrella, que nada se parece a lo que era a finales del siglo pasado. Para los más jóvenes, señalar que por ese mismo lugar que hoy está peatonalizado pasaba la vía del tren portuario, había un aparcamiento en superficie que ocupaba la mitad del espacio y además la calle Montero Ríos era una de las que mayor densidad de tráfico soportaba en toda la ciudad, como única vía para ir desde una parte a otra de Vigo. Todo aquello desapareció con Abrir Vigo al Mar, que en efecto hizo lo que su nombre indicaba aunque también es verdad que se quedó a medias en sus objetivos. En parte porque no se demolió la piscina del Náutico por un problema absurdo que resultó imposible de resolver, con una licencia concedida en precario por el Puerto para un almacén que finalmente se convirtió en definitiva.
Propio de Vigo es que el más ambicioso y mejor programa urbanístico puesto en marcha en la Muy Leal haya obtenido mejores resultados fuera, donde logró todos los grandes europeos nacionales y europeos, que en la propia ciudad. Quizá porque muchos pensaban que se iban a crear descampados. Y no. Se trataba de conseguir una gran plaza rodeada de un edificio institucional, el de la Xunta; otro para exposiciones y bares, la Estación Marítima; otro para comercio y ocio, A Laxe, donde ahora estará el casino, y el resto un lugar de paseo y encuentro. Y se logró. Continuará...

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