Opinión

Una prioridad de cuatro años

El mandato municipal que se iniciará dentro de apenas tres meses debería tener como una misión prioritaria aprobar un Plan General de Ordenación para Vigo. Es cierto que se trata de un asunto complejo, largo, a menudo poco interesante y sin duda lleno de dificultades y trámites infinitos, que a los responsables políticos les da quebraderos de cabeza y poca o ninguna satisfacción. Pero esta ciudad necesita contar con un documento urbanístico claro que defina qué hacer y cómo, en residencial, dotaciones, comercio, infraestructuras o industria. Hay muchas razones para ello.
Este domingo publicaba "Atlántico" un estudio riguroso de la Federación Gallega Inmobiliaria donde alerta de que el porcentaje de viviendas vacías en condiciones de compra o alquiler se ha reducido al mínimo en  la ciudad-el número más bajo de toda Galicia- y también en su área. Si no hay vivienda, Nuestro Vigo no tendrá ninguna posibilidad de crecer y condenaremos a miles de personas a irse fuera. En paralelo, sin Plan General tampoco funcionará el sector de la construcción, que mueve miles de empleos. Parches como la Ley 
Vigo o la ordenación provisional permitirán sacar adelante algunos planes concretos urgentes, pero poco más. Y sobre todo, sin PGOM no hay una guía para el futuro a corto y medio plazo. El anterior Plan, el de 2008, nació tras una gestación tan larga que cuando llegó al mundo parecía obsoleto. Con el nuevo no debe ser así: hay un calendario esobozado para que en tres años esté listo el nuevo planeamiento. Aunque no sea tan ambicioso como el Plan 2008 responderá mejor que el actual: una simple revisión en 1991 del PGOM de 1987, el de un Vigo que ya no existe.

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