Opinión

Un lobby para la eurorregión

La creación del Eixo Atlántico de municipios fue una gran idea para forjar un nexo permanente entre Galicia y el Norte de Portugal, hacer visible la naciente Eurorregión y constituir el primer lobby estable de ayuntamientos ante la Unión Europea. Para Vigo supuso además -o sobre todo- ponerse al frente de un organismo internacional donde tenía peso específico, conformando para ello una alianza con Oporto. Los alcaldes de ambas ciudades en 1993, Carlos Príncipe y Fernando Gomes, fueron los artífices de poner en marcha el Eixo y no fue fácil, porque exigía convencer al resto de grandes municipios, pero se pudo hacer con mano izquierda y no pocas renuncias. 
Para Oporto la jugada también era muy buena, incluso mejor por una cuestión política y administrativa: en Portugal no hay autonomías, y el Eixo se ha convertido en una suerte de gobierno de la Región norte lusa y una palanca de presión ante Lisboa. No hay más que echar un vistazo a la prensa del otro lado del Miño para constatar dicha situación, con una presencia permanente de la dirección del organismo en asuntos como los peajes en las autovías, los caminos jacobeos o más recientemente las conexiones europeas ferroviarias. Otro alcalde vigués del pasado siglo, Manuel Pérez, que llegó al cargo tras Príncipe, era muy reticente con el Eixo pero finalmente se convenció de que era una buena idea y ayudó a que echara raíces, consolidando la capitalidad en Vigo, donde desde entonces se encuentra su sede central.
Sólo por su condición de foro permanente y lobby valdría la pena el Eixo, pero ha ido más y logrado algunas victorias. Por ejemplo, la mejora de la línea ferroviaria entre Vigo y Oporto, que ahora cuenta con un tren aceptable y en poco más de un año con un servicio de altas prestaciones que cambiará y mucho las relaciones entre ambas ciudades, cada vez más cercanas y también rivales. Ayer la comitiva del Eixo Atlántico logró en Bruselas una pequeña victoria al conseguir un compromiso para que los puertos de Vigo y Coruña se integren en el Corredor Atlántico. Xunta y Gobierno de España están de acuerdo, pero el Eixo ha empujado mucho. Continuará...

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