Opinión

Se perdió en Rande

Rande es ya un caso perdido. Las últimas oportunidades se difuminaron definitivamente cuando los vecinos de la zona, con buen criterio y ante la indecisión viguesa, decidieron pisar el acelerador y abrir el museo Meirande, pequeño y con escasas piezas pero con el atractivo innegable de estar situado en el emplazamiento exacto de la Batalla de Vigo, como se llama fuera de España. Ese mismo día quedaron archivadas para siempre las ideas de rescatar los restos de un galeón o exponerlos con otro recreado en un lugar céntrico, por donde pasan miles de turistas y cruceristas. 
Los promotores de aquella magnífica propuesta carente de todo apoyo financiero se fijaron en el museo "Vasa", en Estocolmo, que exhibe el buque homónimo de principios del siglo XVII -anterior a Rande- rescatado del fiordo de la capital sueca hace casi 60 años: se sabía donde estaba, porque se había hundido en su viaje inaugural, pero no que se encontraba en buenas condiciones. Costó mucho extraerlo del mar y todavía más rehabilitarlo para su exposición en un edificio construido a propósito. Y aún más mantenerlo en condiciones, porque la madera que en el fondo del mar aguanta bajo una capa de lodo se destruye en contacto con el aire. Aún así, el museo del "Vasa" recibe cada año un millón de visitantes y es el atractivo número 1 de Escandinavia. ¿Qué sería un museo similar de la Batalla de Rande, un acontecimiento europeo cargado de historia y leyenda, con un apartado sobre Julio Verne, el capitán Nemo y su Nautilus? De Rande y su tesoro se sabe ya casi todo, y respecto al sumergible, Verne lo describió al detalle. Una pena. 

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