Opinión

Restauración en Vigo

Algunos de los mejores edificios de Vigo están en proceso de restauración completo, una docena al menos repartidos entre el Casco Vello y el centro urbano, donde se levantaron desde el siglo XVIII y sobre todos finales del XIX, cuando esta ciudad comenzaba a estirarse de verdad y sentó las bases de lo que se convertiría más tarde, a partir de mediados del XX. Es una buena noticia. Entre ellos hay unos cuantos especialmente destacados por motivos distintos. Unos, los de la plaza del Berbés, por su emplazamiento en lo que Leri llamaba la capital de Vigo, no sin razón. La Ribera del Berbés fue desde tiempos de los romanos el germen de la futura ciudad pero buena parte de sus edificios han sufrido una ruina inaceptable, que no ha cesado sino al contrario a medida que el barrio se iba despoblando. Tras la declaración del conjunto como histórico-artístico, no quedaba otra que centrar los esfuerzos en su recuperación y por fin es visible con tres inmuebles para centros públicos: un albergue de peregrinos, una sede local del CGAC y otro más para que la Universidad de Vigo no esté sólo en el monte.

Fuera del Berbés se encuentra como gran caserón el Palacio de Marqués de Valladares, ligado a la historia local desde la ocupación francesa y que llevaba una larga decadencia. Pero más llaman la atención otros proyectos en marcha de recuperación de  obras que sufrieron alteraciones. Me quedo con dos: el centro que ideó Pacewicz para el sindicato obrero católico en un cuidado estilo neogótico, y el más moderno Xeral, al que sólo le falta una cafetería en la cima para que se convierta en un referente de obligada visita.

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