Opinión

La empacadora en Guixar

Hace más de 25 años que funciona en una parcela de Guixar la famosa empacadora, que en realidad nunca fue tal, sino una planta que se limita a compactar la basura para facilitar su traslado en tren hasta las instalaciones de Sogama, en Cerceda, cerca de Coruña. Nada más. En 1994, su instalación provocó un conflicto brutal gracias a una campaña de fake news impactante y exitosa que se llevó por delante a un alcalde, Carlos Príncipe, provocó varios heridos de gravedad y acabó con el barrio partido en dos. Todo ello para constatar más tarde el bulo: no había bandadas de gaviotas, ni tampoco un olor insoportable, ni ruidos ni contaminación en el medio ambiente. Era una pura mentira y eso fue todo. Tanto que frente a la empacadora se diseñó en el difunto Plan General de 2008 la mayor urbanización de Vigo, con dos torres que iban a superar en altura al Xeral. 

Han pasado 26 años y la planta sigue ahí y hace mucho tiempo que nadie se acuerda. Funciona de forma eficiente y ha permitido que Vigo fuera el primer gran ayuntamiento en eliminar sus basureros, que fueron sellados: hoy, O Gorxal parece una montaña más cubierta de un manto verde, pero debajo hay todavía toneladas de vertidos urbanos.

La empacadora está en Guixar y probablemente seguirá mucho más. El Puerto necesita espacio y no por capricho sino porque las expectativas de tráficos a cinco años señalan un incremento del 15 al 30 por ciento en la actividad. Si no hay superficie útil, el puerto perderá competitividad y la oportunidad de colocarse como referente. Por desgracia, nada nuevo.

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