Opinión

La ciudad y la aldea

Contra todo pronóstico, porque se trata de una zona de relleno mil veces edificada, en una parte de lo que era la nave de Cordelerías Mar, en Beiramar, también se han encontrado vestigios romanos. Lo más probable es que se trate de una villa, y sería la tercera o cuarta en la costa, pero la investigación aún no ha concluido porque en esta ocasión aparecieron partes de una columna, como ya había pasado cuando se construyó el Auditorio, donde se localizó una basa. Los más entusiastas consideran que podría tratarse del edificio público que tanto se ha buscado y cuya existencia se desconoce pero se infiere por el tamaño cada vez mayor en cantidad y calidad de los hallazgos arqueológicos correspondientes a los siglos II a IV, en plena dominación romana. Un edificio público, digamos un templo o una basílica, significaría que Vigo no era definitivamente Vicus sino mucho más, un centro administrativo y político, además de un núcleo pre-industrial dedicado al mar, y con una importante población. El Castro vigués es el segundo mayor de Galicia. Y la proliferación de yacimientos confirma que no era una aldea. Si aparece un templo, habrá que reescribir la protohistoria local.
Aunque reconozcamos que todo ello, lo relevante que supone saber de dónde viene la Ciudad del Castillo, el Mar y el Olivo, palidece ante las declaraciones del jefe supremo de PSA, quien ayer aseguraba que las plantas de Portugal y Marruecos, vinculadas directamente al Polo Ibérico que lidera Vigo, son más eficientes que las de Zaragoza y Balaídos. Es un discurso que coincide con la negociación del convenio, así que tiene trampa. Pero ojito.
 

Te puede interesar