Opinión

La ciudad del automóvil

Este pasado 2019 ha sido clave para la automoción en Vigo con el incremento de la producción de PSA, el inicio del montaje de vehículos de Toyota en Balaídos y la fusión con FIAT, que se sucede a la absorción de Opel. En paralelo, la terminal de Bouzas ha visto incrementado el tráfico y no sólo de carga, sino también de importación de automóviles desde otros puntos, creciendo un 30 por ciento sobre el año anterior. El liderato en movimiento de vehículos por mar en España no está cerca, pero vista la tendencia de este pasado año y las previsiones para 2020 no sería descabellado que a medio plazo la terminal de Bouzas pudiera convertirse en la primera. Hoy es la tercera y Valencia está mucho más cerca, en tanto que con Barcelona puede pasar cualquier cosa.

Todo esto no son elucubraciones ni proyectos más o menos  viables, sino la realidad. PSA ha incrementado sus líneas, contratando para ello más personal, y necesita contar con logística apropiada. A día de hoy la hay, pero justa, por cuanto los buques transbordadores de pequeña eslora van a ser retirados del servicio y sólo operarán los oceánicos, de mayor capacidad y que necesitan más espacio y calado. En Vigo pueden atracar tres a la vez, y el Puerto, con toda la lógica, ha encargado un proyecto para a medio plazo ampliar la capacidad con un nuevo muelle en el exterior de Bouzas. La obra es lenta, exige numerosos controles y supondrá unos 50 millones de euros, así que estaría lista en unos cinco años y eso si todo se pone a favor. Que no parece el caso. Desde el Concello se ha abierto una oposición a dicho proyecto, lo que recuerda tristes episodios del pasado en Areal. PSA necesita un muelle. Vigo también. Y los vigueses, que funcionen el puerto y PSA.

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