En un solo día pasaron por Vigo cuatro conselleiros, las de Política Social y de Educación, una a firmar un acuerdo de apoyo a la residencia Emaús, la otra con el rector para respaldar el equipo de Formula universitaria; y los de Sanidad y Medio Rural, que juegan en casa, con motivo del 30 aniversario del Meixoeiro, con foto plantando el árbol y anuncio de obras en marcha en el hospital. No es casualidad sino uno de los muchos gestos y acciones de la campaña en marcha, la más larga de la historia en unas autonómicas gallegas. Con el marcador escorado de momento hacia la coalición non nata PSOE-Marea-BNG, el PP ha decidido poner todo encima de la mesa desde ya, aunque las urnas serán tras verano. Y Vigo es fundamental: si los resultados son negativos, el PP perdería uno o dos diputados y con ello la Xunta. Así de claro.
El equipo ha dado pasos de manual: primero, colocar a la misma persona -conocida y valorada- al frente del PP vigués, vía gestora controlada, y de la Delegación Territorial de la Xunta. Corina Porro también será candidata, número 2 de Alberto Núñez Feijóo en un ticket visible. Ciertamente Feijóo no ha dicho que se vaya a presentar, pero nadie lo duda. Tampoco ha señalado cuándo serán las elecciones y el presidente es un hombre hermético, así que hay quien desliza que serán antes del verano adelantando unos meses la fecha. No lo creo: el Gobierno gallego necesita el máximo de tiempo para que el Gobierno central acumule contradicciones que le sirvan para su discurso: o el PP o el multipartito del caos. El PSdeG, por idénticas razones, también está en campaña. Gonzalo no se va a perder una en Vigo. Esta semana en el centro San Francisco, luego en Fitur con su tío...
