Opinión

Hola y adiós

Félix Rubial ya es historia en la sanidad viguesa como el gerente que puso en marcha el Cunqueiro y tuvo que afrontar el cierre del Xeral y la fusión con el Meixoeiro, entre otras cosas. Y de postre un conflicto con la Atención Primaria cuyos médicos reclaman sobre todo un trato como el que reciben sus colegas de los hospitales. A todo esto ha tenido que enfrentarse Rubial, de fría personalidad, imprescindible para no enloquecer con tantos frentes abiertos a la vez, pero que ayer acabó emocionándose en la despedida, para sorpresa de sus hasta ahora compañeros en Vigo, ciudad en la que ha pasado los últimos cinco años en régimen de monje trapense y dedicación 24 horas. El Cunqueiro debutó con mal pie y lo que vino después fue tener que demostrar que se trataba de un gran hospital y público, condiciones que se han negado reiteradamente aunque cada vez menos a medida que los usuarios han ido pasando por su interior. La construcción fue decidida hace años, en los últimos tiempos de Fraga, y aprobada por Touriño, que decidió el cierre del Xeral, lo que años después se pudo aplicar, ya con el Cunqueiro abierto. Que el Xeral no daba más de sí lo ha confirmado la propia Xunta, que al recuperar el complejo para la administración de Justicia ha comprobaro que la ruina era mayor de lo esperado y con ello el coste de la obra, que de rehabilitación ha pasado a demolición. La estructura del Xeral, salvo la torre, estaba corroída. 
A Félix rubial le tocó gestionar todo eso y lo ha hecho con profesionalidad y buena disposición. Ahora se va a Ourense, donde las cosas son muy distintas. Comesaña llega de regreso de las Burgas con una idea: Ourense es lo que será Vigo en 10 años. Interesante.

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