Hace tres años, toda una vida, el PP elegía a Elena Muñoz presidenta local y candidata a la alcaldía en dura pugna con Javier Guerra, que se quedó con el 44 por ciento de los votos, que no es poco, pero insuficiente. Muñoz llegaba apoyada de forma más o menos abierta por el aparato y los notables populares vigueses: normalmente enfrentados entre sí, en ocasiones hacen piña ante un adversario común. Era el caso. Javier Guerra, concejal con Corina Porro y conselleiro con Núñez Feijóo, hacía el papel de outsider y por perdió. ¿Punto final? En absoluto. Hace tres años, y parecen mil, Elena Muñoz se quedó con plenos poderes en el PP vigués, como su portavoz municipal, presidenta, candidata y co-portavoz en la Diputación. Ganó todo eso, y perdió casi de inmediato cualquier apoyo local, que se fue difuminando de forma misteriosa. Algunos le achacaron a Elena que estaba a media jornada. Otros directamente se entregaron al rival. Y así llegaron las municipales y el mayor batacazo de la historia, que esta vez se endosaba al 90 por ciento a Muñoz.
Todo lo que ha venido después no ha sido otra cosa que recoger hilo y volver al punto de partida, sin elecciones ni congresos: Corina fue llamada para hacerse cargo del partido y la Delegación de la Xunta, otro agujero, y Javier Guerra para que asumiera el protagonismo que había pedido: vicepresidente, senador y candidato municipal si él quiere. La vida es paradójica y ahora coinciden en la Cámara Alta Guerra y Muñoz, ella también senadora, por designación del Parlamento de Galicia. Antes habían estado en el Gobierno gallego. C'est la vie.
Todo lo que ha venido después no ha sido otra cosa que recoger hilo y volver al punto de partida, sin elecciones ni congresos: Corina fue llamada para hacerse cargo del partido y la Delegación de la Xunta, otro agujero, y Javier Guerra para que asumiera el protagonismo que había pedido: vicepresidente, senador y candidato municipal si él quiere. La vida es paradójica y ahora coinciden en la Cámara Alta Guerra y Muñoz, ella también senadora, por designación del Parlamento de Galicia. Antes habían estado en el Gobierno gallego. C'est la vie.