Opinión

Ganas de conocer Vigo

Coincidieron ayer por la mañana, casi a la misma hora y lugar, dos rutas guiadas por la ciudad, en ambos casos para dar a conocer aspectos de la historia local, de edificaciones desaparecidas o transformadas o el origen de barrios: la mayoría de los participantes en el tour, por no decir todos, eran vigueses haciendo turismo por su propio pueblo. Nada raro. Hace unos días tuve la oportunidad de realizar una visita por el pazo y los jardines de Castrelos y sólo tres del medio centenar de personas que había no eran residentes en la urbe del Castillo, el Olivo y el Mar. 

Hay un interés creciente por conocer esta ciudad y creo que hay una explicación. Los nacidos en Vigo son ya mayoría, el 60 por ciento largo del censo, la mayor proporción de "nativos" entre los grandes municipios gallegos, pero muchos somos de primera generación, así que hay mucho por descubrir sobre su largo pasado. En muchos casos, oscuro: no se sabe siquiera con seguridad de dónde proviene su nombre (¿la aldea romana Vicus? ¿el castro Vico? ¿el puerto Burbida? ¿la bahía normanda Wig?) y hay más dudas que seguridades sobre sus brumosos orígenes castreños y su fundación romana, si es que se produjo tal hecho. En cuanto a la larga Edad Media, queda casi todo por descubrir más allá de Martín Códax y Mendiño. A principios del siglo XIX, hace apenas 200 años, tuvo lugar la Reconquista, que dio paso a su título de ciudad y permitió todo lo que vino después, incluido el espectacular despegue industrial y demográfico del siglo XX. En el XXI ya se han consumido dos décadas, básicamente para ir pegando piezas sueltas y construir una urbe coherente. En definitiva, todo aún por decir, de ayer y mañana.

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