Opinión

En el ADN de Vigo

España y no digamos Galicia avanzan con decisión hacia el desastre demográfico, que tras arrasar el rural toma posiciones en las ciudades. En Vigo, por ejemplo, donde la media de edad ha avanzado un año entre 2015 y 2017, tras haber aumentado tres desde el inicio del siglo. Supone la tormenta perfecta: que hay menos nacimientos, que la longevidad es cada vez mayor y que muchos jóvenes acaban por abandonar la Muy Leal ante la falta de opciones viables. Entre estos últimos se encuentran miles de ellos formados en la universidad pública y con titulación superior costeada en gran parte con los impuestos de todos, lo que hace mayor el  fracaso  como sociedad: tendrá consecuencias a corto plazo. 
Ferrol, la ciudad más castigada de España por el abandono y la falta de oportunidades (y sus propios errores estratégicos, numerosos y continuos), se ha colocado al frente en Galicia en media de edad de uno de los grandes municipios: ya alcanza los 50 años, mientras su población al mismo tiempo cae sin parar. Vigo se encuentra en torno a los 44 cuando hace poco más de una década estaba en los 39. 
Lo más llamativo, consecuencia de lo anterior, es la reducción del número de jóvenes entre 15 y 35 años, 15.000 menos ahora que una década atrás. Esta pérdida ya resulta irrecuperable, así que los esfuerzos deben ir en la dirección de evitar que la sangría se mantenga, porque supondría el fin de esta ciudad. O al menos de la ciudad que conocemos. Vigo es fruto de su potencia económica y un desarrollo demográfico singular. Está en su ADN el crecimiento y ahí está Navia, el barrio más joven en una ciudad que se hace mayor y pierde a chorros vecinos en el tramo central de su pirámide.  Continuará...

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