Opinión

El puerto se queda pequeño

Kaleido, antes Vasco Gallega de Consignaciones, una de las grandes empresas viguesas portuarias, ha ido creciendo ante todos. Sus grúas no pasan desapercibidas, tampoco sus operativos, a menudo espectaculares en piezas de gran tamaño. Como a cualquier otra compañía, aspira a crecer, porque estancarse es el camino hacia la ruina, y ha pedido una amplia superficie para concentrar sus acciones, lo que supondrá mejorar rendimiento y ahorrar costes. Todo lógico. Su director, Xan Martínez, hijo de Juan Martínez, que durante años fue una voz escuchada en la comunidad portuaria, siempre fue claro y contundente, ha advertido lo mismo que cualquier otro que conozca la terminal marítima: se ha quedado pequeña. Para ser precisos, a día de hoy sirve, aunque con dificultades, pero sólo es cuestión de tiempo que no haya un metro disponible.
El Puerto es consciente de ello y ha buscado soluciones para conseguir 30.000 metros. Una, con el traslado de la empacadora. Imposible. Otra, con asumir los terrenos de Vulcano. Casi imposible. Una tercera, lograr 15.000 metros que ADIF deja libres en Guixar y que el Concello ya ha anunciado que serán para parques. Mal asunto. Reutilizar la finca de CLH en Julián Estévez, también imposible. Y en paralelo, ha puesto en marcha el proceso para ampliar los muelles de Bouzas y Comercio, y ya se han puesto enfrente Marea y BNG, y ahora también el consistorio. Xan Martínez lo tiene claro: o crecemos o moriremos. No hay alternativa. Vigo puede entenderlo o quizá habrá que explicarlo mejor. Pero es cierto que puede rechazar el esfuerzo de incrementar espacios portuarios cerca del mar. Será un disparo en el pie, claro está. Otro. 

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