Opinión

El corredor Atlántico, o no

La presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera, tiene un excelente perfil técnico que le da un plus de credibilidad cuando habla, como ayer mismo vía epistolar. Es lucense, ingeniera de Caminos de profesión y funcionaria de la Diputación, así que no sólo es una responsable política que sabe de lo que habla, sino que también conoce el terreno. Por tanto, si dice que el Corredor Atlántico ferroviario incluirá el ramal pactado por los gobiernos de Galicia, Asturias y Castilla con el Gobierno y la UE hay que darle algo más que el beneficio de la duda. Estoy convencido de que hará todo lo posible por que se extienda como está previsto hasta los puertos de Vigo y Coruña y que pueda servir como salida sur hacia Portugal. Pero con todo, no deja de ser la presidenta del ADIF, que es un gestor de infraestructuras ferroviarias del Ministerio de Fomento, que a su vez tiene un responsable que forma parte de un Gobierno. Por tanto, las decisiones finales no son necesariamente suyas. Por ejemplo ADIF es el organismo que se ocupa de la construcción de la línea de alta velocidad que entrará desde la Meseta a Galicia. Ella ya se refirió en otras ocasiones a plazos y previsiones que se han ido incumpliendo de forma sistemática. En parte, porque las obras tienen su propia lógica y en parte porque hay razones como el parón al frente de la Administración  central y las prioridades políticas del Ejecutivo a la hora de realizar inversiones. 
En este caso puede pasar lo mismo: el Corredor Atlántico ferroviario de mercancías puede estar pintado y aprobado pero si no hay impulso político decisivo se demorará durante años su ejecución. Eso fue lo que dijo el alto funcionario en Tánger: que había el dinero que había y se destinaría al Corredor Mediterráneo y las conexiones más rentables. Sumemos a esto el Gobierno escorado a Levante. La presidenta de ADIF tiene la palabra.

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