Opinión

Las dotaciones culturales

Vigo no tiene suerte con sus dotaciones culturales, o los ha planteado mal o se partió de un error de base y estaban sobredimensionados, pero el resultado práctico es que la oferta se ha ido reduciendo en la suma entre los que se abrieron y cerraron, los que funcionan poco o regular y los que ni llegaron a abrirse. Entre los primeros, el Verbum en Samil. Entre los segundos, el Museo del Mar, la Pinacoteca y el Marco. Y entre los terceros, el Centro Galego de Fotografía y el Fraga. Sobre este último se desencadenó en pleno una tormenta perfecta: se ideó por Caixa Galicia como su mascarón de proa en Vigo, en competencia incluso geográfica con la red de Caixanova, en la misma zona y con similares características al García Barbón. Es conocido que César Portela recibió el encargo de reformar el cine y ponerlo al día para su nueva función de teatro, sala de exposiciones y complejo cultural de vanguardia. Y también que cuando la reforma entraba en su recta final -con un resultado espectacular y tras una larga espera por el cierre del Nova Olimpia- llegó la fusión de las cajas gallega, luego la creación del banco Novagalicia y finalmente el nacimiento de Abanca. Una historia que parece ahora concluir con el punto final al proyecto lanzado hace ya 20 años y que nunca pudo llegar a su destino.
Los responsables de Abanca acaban de confesar que plantean ahora la utilización del Fraga como un centro de estudios económicos y financieros, quizá vinculado a la universidad privada que promueve para Galicia el propio banco gallego. Mejor que otros 20 años clausurado, sin duda; peor que la idea original, que no era sino dotar a la Muy Leal de una malla cultural y de ocio entre Colón y Porta de Sol. Continuará...

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