Opinión

Desde A Guía hasta bouzas

Los muelles comerciales de Vigo, desde A Guía hasta Bouzas, presentaban ayer un aspecto espectacular, llenos de vehículos en las plataformas de transbordadores y de buques en las terminales de contenedores. En total, ocho mercantes operaban al mismo tiempo en los muelles comerciales, entre Guixar, el Transversal y Areal. Me quedo con este último dato. Los cargueros que atracaron en los dos últimos muelles sólo han podido hacerlo gracias a la ampliación que puso en marcha la Autoridad Portuaria hace 17 años, siendo presidente Julio Pedrosa, que reinició con decisión y valor desde cero Jesús Paz y que culminaron Corina Porro y López-Chaves. Nada fue fácil y Vigo perdió miserablemente el tiempo en una guerra interna que sólo sirvió para que otros puertos vecinos mejoraran sus propias dotaciones y estuvieran en condiciones de hacer una competencia más eficiente. Lo peor es que coincidió con el ciclo alcista de la economía, que el puerto de la Muy Leal dejó escapar tontamente, disparándose con todo éxito en su propio pie. La verdad de aquella historia nefasta está todavía por escribir.
En cambio sí se pueden sacar ya conclusiones de todo aquello para tratar de evitar que se repita ahora que el ciclo de la economía está claramente en alza.
 El puerto, termómetro de la economía, ha vuelto a crecer en tráficos y eso significa que las empresas del entorno importan y exportan más. Llega en buen momento. La terminal marítima viguesa dispone ahora de los mejores medios para imponerse en su entorno, con muelles capaces de albergar los mayores barcos del mundo, tanto cruceros como portacontenedores, y una plataforma de transbordadores con espacio para miles de vehículos. Las perspectivas son buenas, pero con Vigo nunca se sabe. Continuará...

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