Opinión

De rector a candidato

El concierto de las Cantigas de Martin Codax organizado para despedir como rector a Salustiano Mato no era un acto político pero podría parecerlo. Mato deja la dirección de la Universidad de Vigo, institución que lideró durante el máximo período posible, ocho años o dos mandatos completos. Y ya sin ataduras ni condicionantes institucionales, un freno  que asumió por propia voluntad con el mejor de los criterios, es libre para sacar su carné del BNG del congelador y reactivarlo. 
Salustiano Mato es un militante nacionalista pero como rector puso por delante la institución a sus convicciones, como debe ser. A partir de ahora que abandona la toga negra está en condiciones de explicar su proyecto político. Y quiere hacerlo. Aunque no lo dirá, está a la espera de que el BNG se lo ofrezca, porque no va a entrar en debates internos: si el Bloque quiere que sea su candidato a la alcaldía de Vigo lo será, y si no hay unanimidad, seguirá como catedrático e investigador en la institución donde se siente muy a gusto y que conoce de arriba a abajo. Sus gestos son evidentes y el concierto de esta semana más claro aún: nula presencia del gobierno de la ciudad, como no podría ser de otra manera, y en cambio entre el público sobresalían la portavoz del BNG, Ana Pontón, y el responsable local del Bloque, Serafín Otero. 
Pontón quiere a Salustiano Mato para recuperar terreno en Vigo, donde el BNG llegó a alcanzar la Alcaldía y fue clave en otros gobiernos. Otero, candidato hace tres años, no lo tiene tan claro, quizá porque se quedó a un puñado de papeletas de entrar en la Corporación. Mato, como Javier Guerra si acepta ir con Ciudadanos, revolucionarían las municipales en Vigo de 2019. 

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