Opinión

El corredor Atlántico

Llegó un día a Vigo hace poco más de dos años el ministro Ábalos, anuló la construcción de una nueva autovía con Porriño (lo dejó para el Presupuesto del Estado, sin fecha ni consignación), puso en suspenso la retirada del peaje entre Vigo y Redondela que ya estaba comprometida (ahora lo acaba de recuperar, todavía por concretar) y finalmente anunció que el segundo estudio ambiental del AVE por Cerdedo tendría que pasar por un informe geológico a desarrollar en al menos tres años, lo que supondría alargar de nuevo los plazos para contar con un proyecto, iniciar las obras... Ábalos proviene de Levante, donde labró su carrera política, y es lógico que atienda a su mercado. El Corredor Mediterráneo ferroviario de mercancías es importante para España y curiosamente los nacionalistas no ponen ningún “pero”, sino al contrario, a articular el país del que quieren separarse. Como ahí están también los votos que necesita el Gobierno, pues ya está todo dicho. El Corredor Atlántico existe, pero su trazado va desde Portugal hacia Palencia, rumbo a Francia, con el Noroeste excluido de su diseño. Una estratégica unión entre tres comunidades autonómicas ha permitido cambiar las cosas y rectificar el mapa para incluir al Atlántico español, que paradójicamente no estaba en el corredor que la UE considera básico en su red de transporte, y por tanto, el que será financiado y protegido. O estás dentro o te quedas en fuera de juego. Eso se ha entendido perfectamente y esta semana era el Eixo Atlántico el que presentaba su propuesta, con cifras e inversiones, aunque es el Gobierno al que le toca mover ficha, una vez que Bruselas ha dado su plácet. De momento, Ábalos seguirá en su caladero, apoyando el Corredor Mediterráneo, lo cual está muy bien para todo el país, claro, y haciendo el mínimo caso al Corredor Atlántico, lo cual está muy mal para todo el país, no digamos para el Noroeste, y sobre todo para Vigo.

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