Opinión

Plan de viviendas

En Vigo hay un Plan de Vivienda de verdad, con terrenos y presupuesto y no una promesa volátil. Tiene nombre: se llama Navia y contempla la construcción de 1.600 pisos protegidos, que pueden parecer muchos, pero no serán suficientes ante la demanda existente, el triple cuanto menos. En Vigo no hay suelo del Ministerio de Defensa -el que había desapareció hace años, primero en Barreiro, y después en la ETEA- ni tampoco la Sareb dispone de un parque que pueda resolver los graves problemas de la falta de vivienda: apenas 60 viviendas y probablemente la mayoría ya en venta o sin condiciones para su uso. El plan del Gobierno de las 50.000 suena a idea para llenar titulares (prueba superada), y en todo caso, de desarrollarse, será a muy largo plazo. La prueba de la dificultad de ejecutar un proyecto concreto la tenemos aquí: han pasado ya más de 20 años desde que se inició el desarrollo de Navia y casi diez desde que se planteó comenzar una segunda fase y estamos aún en el inicio del comienzo, tras haber sorteado al fin los sargazos de la fase administrativa. Hace apenas unas semanas el Concello dio vía libre definitiva, y la Xunta confirmó que iniciaría en breve la urbanización y construcción del primero de los edificios. Estamos hablando de tres o cuatro años hasta disponer de algunos cientos de pisos nuevos de calidad en Navia a un precio asequible. La alternativa pasa por fomentar el alquiler, y ahí vamos aún peor. Dicen los expertos que la mejor fórmula para acabar con una ciudad, después de un bombardeo, es reducir la oferta al mínimo, a lo que se puede llegar por dos caminos: o fijando precios máximos, que reducen la oferta, o poniendo obstáculos al arrendamiento. 

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