Opinión

El otro día de la marmota

Hay dos cosas seguras en Vigo en octubre: que Conxemar llenará todo el espacio y habrá atascos monumentales para acceder a Ifevi; y que la dirección de la feria anunciará su disposición a abandonar la ciudad y mudarse a otro lugar donde reciba un mejor trato o al menos se resuelva el problema que se repite como el día de la marmota. Para abrir boca, ya Conxemar ha anunciado lo primero -el llenazo total de Ifevi- y lo segundo -su decisión de levantar el vuelo- si no hay una solución y que este 2023 sea el último en que llegar hasta Cotogrande no incluya largas caravanas. ¿Se puede marchar? Es difícil que ocurra por muchos motivos, algunos evidentes como la ubicación de la sede, pero no imposible. De hecho, buena parte de Conxemar está formada por empresas que poco o nada tienen que ver con Galicia, a las que les daría igual abrir las puertas en Madrid o Valencia, por no decir Barcelona, donde ya reina la Seafood, competencia directa en un duelo por decantar, pero en el que, en definitiva, solo puede quedar uno.

Tiene razón Conxemar: es impresentable la imagen anual de kilómetros de retenciones en la autopista. Y más que no haya una solución a la vista. Hay varias administraciones implicadas, con el Estado a la cabeza, titular de la autopista, y también el Concello, por donde pasa una carretera local, y la Xunta, responsable del Ifevi, recinto ampliado varias veces para que la feria se quede aquí. 

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