Opinión

Campaña rara, rara

Nada se parece esta campaña municipal, al menos en el ámbito de Vigo, a todas las anteriores: ni mítines ni grandes actos. El mayor, la comida del PP de Mos con la presencia de Alfonso Rueda y un millar de futuros votantes. En la ciudad, muy poco, apenas algunos carteles, no muchos. Actos muy reducidos de todos los candidatos, incluido el alcalde y aspirante a alcanzar 20 años en el Concello, probablemente porque con las encuestas soplando en la misma dirección (la mayoría estratosférica de hace cuatro años y sin desgaste) es posible que todo esto no sea sino un cansino trámite. Es el perfil bajo de quien se ve ganador y no quiere distracciones, tampoco debates. Hasta tal punto que sus actos más llamativos los ha hecho en Mos, Redondela y Cangas, sin contar las pantallas parlantes con sus propuestas que van moviéndose por la ciudad. Hasta la imagen de las vallas es prácticamente igual al de 2019. Así están las cosas.
Marta Fernández-Tapias, del PP, también se ha apuntado a actos muy reducidos, de tú a tú, varios al día repartidos por toda la ciudad, con mucho contacto personal. No sé su éxito. Alfonso Rueda, en cambio, no para. Esta semana cumple un año de presidente de la Xunta y es cierto que no ha variado su forma de ser y actuar. Es fácil verlo por Vigo. Hace unos días me lo encontraba corriendo por la calle un domingo por la mañana. La agenda de este fin de semana era para morirse, respaldando a candidatos por toda Galicia, cinco o seis citas cada día desde Cangas a Rodeiro pasando por Chantada o Coruña. Vamos, una campaña clásica. La única.

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