Opinión

Una victoria anunciada

Si se nos permite, podemos estar orgullosos en esta casa, pues el 20 de octubre publicábamos en exclusiva aquí y en Atlántico Diario una entrevista con quien desde ayer es presidente de la República portuguesa. Y lo hacíamos, al margen de la amistad que nos une, porque estábamos convencidos de que el resultado de las urnas de ayer era lo previsto desde hace mucho tiempo. Como tiempo hace que personalmente en nuestras reiteradas cenas juntos le animé a que se presentase. Finalmente en la presentación de su candidatura en Celorico de Basto el 9 de octubre de 2015, lo hizo con una idea: planteándose qué podía hacer por su patria.
Y es que Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa (Lisboa, 12/12/1948) posee un amplio currículum de incontables actividades. Entre otras es profesor y catedrático de Derecho de la Universidad de Lisboa, consejero de Estado, comentarista político, conferenciante en los más diversos campos y una interminable lista. Además es católico practicante y así lo reconoció desde el inicio de la campaña. Un enamorado de sus hijos y nietos a los que visita en Brasil. En esta ocasión, la Presidencia de la República carecerá de primera dama, ya que su novia de años, Rita Sousa Cabral, es la discreción, sencillez y humildad personificada.
Sin duda alguna es de los personajes más conocidos y populares de Portugal, desde el fútbol (es hincha del Braga), la política, la universidad o la Iglesia, doctrina que domina perfectamente, sobre todo el Concilio Vaticano II; como catedrático, así es conocido como "el Profesor", pero también por sus comentarios en la televisión durante muchos años y que fueron congregando ante la pequeña pantalla tanto a amigos como adversarios. Aunque él huye de llamar adversarios o enemigos. 
Es un hombre muy culto, gran comunicador y sobre todo muy cercano. Habla con cualquiera y es difícil caminar con él por la calle ya que todos le conocen y quieren saludarle. Igual que ir a comer a un restaurante, la gente se levanta y quiere tener una foto con él, que nunca la niega. Recuerdo una cena en un recóndito lugar y con sorpresa al verle entrar prorrumpieron los comensales en un cerrado aplauso. Le gusta estar en medio del pueblo, siempre con una sonrisa y con su certera palabra. Es puntual con sus costumbres, incluido el baño diario en el mar de Cascais de madrugada, y delicado como nadie. Viene a mi memoria el día en que vino a mi casa a felicitarnos la Navidad y comenzó por la chica que nos atiende, para quien siempre tiene una palabra cariñosa.
Ha sido una campaña en la que ni un solo cartel colgó en las calles. Eran diez a competir y todos contra él, ante lo cual, impertérrito, siguió adelante sin "notas nem notinhas" en sus intervenciones como le dijo a María de Belêm su competidora. El pueblo supo captar esa actitud y ese saber estar y por ello le dio el respaldo para un puesto en el que tendrá momentos difíciles con la cohabitación con un gobierno de izquierdas a su lado. Pero tengo claro que es un muy buen lidiador y sabrá sentar a la mesa también a los que piensan distinto.
¡Enhorabuena, querido Marcelo!
 

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