Opinión

Tiempo de cosechar

Sigo con el tema de la educación ahora al final de curso, que es el momento de cosechar los frutos del esfuerzo, el trabajo y sobre todo la constancia, laboriosidad y estudio. Momento del éxito o del fracaso escolar. Hace un tiempo, los medios de comunicación nacionales, incluidas estas mismas páginas, (11-5-2015) recogían unas interesantes declaraciones del fiscal de Menores del Tribunal Supremo, Javier Huete. Palabras que por venir de quien vienen cuando menos son dignas de tenerse muy en cuenta. En suma viene a decir: "Hay que empezar a decir a los niños no. Ponerles determinados límites para que vean que el mundo no se construye sólo con derechos y que hay que cumplir obligaciones. A los niños españoles todavía no se les ha dicho que no. Los padres tienen que aprender a decir a los niños que en algunas ocasiones no pueden estar diciéndoles: tienes derechos. Los tienes, pero si quieres ejercerlos tienes también obligaciones". Se pregunta el fiscal: "¿Es normal que un niño de 10 años disponga de un smartphone con tarifa plana e internet? Pues a lo mejor no". Y señala que "los padres se han empeñado en entregar a la escuela la educación de los hijos y en algunos casos no respetan a los profesores". También tiene sugerencias para los jóvenes alarmado por el aumento de la violencia de género en esta edad y por eso afirma: "Deben rechazar todo tipo de machismo y controlar las relaciones en el noviazgo y el uso de todo lo relacionado con internet, videos y fotos incluidas". En el fondo lo que solicita Javier Huete es una mayor y mejor formación de los niños y jóvenes.
Quines me siguen aquí habrán observado que estas ideas las hemos repetido muchas veces y por eso, cuando contemplo el respaldo de las mismas, veo que estaba en lo cierto. La sociedad del mañana, los jóvenes de hoy, será mejor en la medida en que seamos capaces de formarlos en valores ofreciendo una educación de calidad que suponga muchas veces el sacrificio del trabajo diario. Sin esfuerzo, sin la constancia y sin descubrirles que su formación cuesta, y mucho, al Estado, a la familia y a la sociedad en suma, esos adultos de mañana serán blandengues espíritus que en nada favorecerán a la buena marcha del entramado social. Sin esfuerzo constante ni el alpinista llega a la cima, ni cualquier deportista ganará medallas.
Como consecuencia de este clima que se está creando, basado en una permisividad reiterada, surge también hostigamiento o acoso escolar, el llamado en inglés "bullying". Una nueva moda de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares ya sea en las aulas o a través de las redes que se convierte en el llamado ciberacoso, que está aumentando de forma alarmante entre el mundo infantil y adolescente. Todos estos desmanes, que después lamentamos, provienen de esa educación equivocada que se imparte al mundo juvenil e infantil al que se les conceden caprichos, favorecen vicios que llegan a ser una verdadera droga. Se les facilitan medios muy buenos pero que usados sin control prenden a los usuarios de tal modo que les inhabilitan para el estudio serio y el equilibrio necesario. Chavales que llegan a casa y van directos al ordenador, a la “Play” y a todo ese cúmulo de buenos elementos del progreso actual que facilita la informática pero que pasa muchas veces de ser un instrumento de trabajo a un elemento de distracción que les obnubila totalmente de la verdadera formación y estudio.
Uno quisiera ser optimista y hacer un canto muy positivo a estos elementos de los que nuestra generación careció. Lamentable sería su mal uso o, sobre todo, su excesivo uso, que deben controlar los padres a quienes a veces chantajean sus hijos.

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