Opinión

Sin temor a fallar

En ese "patio de vecindad" al que, para mí, se asemeja Facebook a veces te encuentras con cosas muy aprovechables. La gente piensa, y eso es bueno, y si lo comparte, mucho mejor. Normalmente suelen ser gente joven que, con toda libertad, aprovechan este medio para decir lo que piensan. Y los jóvenes cuando se proponen pensar lo hacen de forma que nos invitan a reflexionar. Tengo una prima universitaria, Andrea, que además de ser muy guapa es inteligente, alegre y desborda energía por todos sus poros. Suele frecuentar Facebook y siempre lo hace con reflexiones interesantes. Desde Valladolid, donde vive con sus padres y hermano, lanza cosas como ésta, que me impresionó:
"De vez en cuando no está mal poner los pies en la tierra y ver la importancia real de cada cosa. Todo el mundo en alguna ocasión se ha dejado guiar por los sueños, por los 'ojalá', y no es que sea malo sino que siempre una de las partes de ese 'juntos salimos adelante' acaba hundida. Ser una persona de retos supone sufrir, luchar por algo que sabes que no es fácil pero que las inmensas ganas de tenerlo te hacen olvidar los momentos de adversidad. Por eso te digo que luches, que 'el temor a fallar no te impida jugar', que no te pueda el miedo y demuestres de una puñetera vez lo que sientes, porque la vida son dos días y solo uno te dejo llorar y que sea de alegría". 
El texto, me reconocerán que es muy aprovechable y los mensajes mucho más. A veces algunos de esta generación que se está creando parecen tener los pies Dios sabe dónde y la fantasía mucho más arriba. Así, acontece que cuando caen suelen llevarse incontables porrazos. Pero junto a ellos existen otros que además del botellón, las interminables fiestas, incluso la droga, se mueven en otras ondas con los pies en la tierra.
Nada en la vida se consigue sin esfuerzo, sin constancia y sin ilusión, esos son los retos de los que habla Andrea. El sufrimiento momentáneo genera éxitos de futuro; la lucha diaria, triunfos relajantes y satisfactorios. Justo este pensamiento debieran introducir sin excepción cuantos ingresan en la universidad o comienza cualquier reto en la vida. Pero para todo ello hay una idea que creo fundamental en el texto: "el temor a fallar no te impida jugar". Cada vez que comenzamos una obra siempre existe el riesgo del fracaso, y si por ello nos retraemos nunca nada irá adelante. Recuerdo una toma de posesión a la que asistí hace años y en la que, quien les daba el cargo les soltó algo que a unos impresionó: "Quiero colaboradores con muchos fallos". Clarísimo, porque será la señal inequívoca de que hacen cosas. Los que nunca arriesgan son aquellos inútiles a los que el juicio final les pillará pensando lo que van a hacer pero que en su haber, nada de nada.
Es aquello de los talentos que el jefe distribuyó para que negociasen sus empleados. Uno por miedo a perder lo guardó con mucho cuidado... y al regreso del jefe, con justicia se lo quitó y dio al que había negociado y bien. Tal vez a esta generación le haga falta más afán de riesgo. Se necesitan más emprendedores a los que un Estado con visión debe apoyar sin fisuras para que su ilusión, su lucha y entusiasmo les impulse a jugar en serio.
Porque se me ocurre decir que el que juega nunca falla, hizo lo que pudo y acaso las circunstancias le fueron adversas. Nunca falla quien seriamente arriesga y lo hace con cordura y equilibrio. Los que vamos delante estamos para "empujar" nuevas ideas y jamás para frenar, porque aquello es distinto a lo que nuestra generación hizo.

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