Opinión

Los "sarilhos" de Sócrates

La palabra tiene mucha más agresividad que "jaleos", que sería la traducción castellana. La cosa está que arde en Portugal y el tema, para cuantos me siguen, ya lo apuntaba yo aquí en octubre de 2006 y en enero del 2013, cuando hablaba de los turbios manejos relacionados con el Freeport de Alcochete, cerca de Lisboa. En ellos citaba a José Sócrates, que ahora está en la cárcel en Evora. La llama la prendieron Val de Azevedo, presidente del Benfica, que acabó en la cárcel, igual que el alcalde de Oeiras, Isaltino Morais, y la merodean los del Banco Espirito Santo, que ya desapareció como tal, y nada digamos del presidente del Oporto y su "apito dourado", Pinto da Costa. Y ahora con los visados oro y lo de José Sócrates, el fuego es hoguera.
Aníbal Cavaco Silva, el 5 de octubre de 2006, día en el que se conmemora la institución de la República en 1910, centró su discurso en al corrupción. Era la primera vez que presidía este acto como presidente y pidió el compromiso de todos los portugueses en la lucha denodada en contra de esta lacra. Afirmó que es una "enfermedad que mina la democracia". Y concretizó: "La moralización social debe llegar a todos los cargos públicos y judiciales". Porque: “Es un comportamiento excepcional y existen señales que deben hacer reflexionar a todos.(...) La corrupción corroe los pilares éticos de la sociedad y agranda las desigualdades sociales.(...) Entienden que la política es feudo de algunos que la utilizan en provecho propio”. Las palabras del primer mandatario poseen palpitante actualidad cuando nada menos que su antiguo primer ministro en época de profunda crisis, con troika incluida, parece haber fundado una red que le ha reportado nada menos que 20 millones de euros, involucrando en ello a su misma madre, al chófer y a varios amigos. Y creando una ley para regularizar su capital, compró y vendió incluso un apartamento en el centro de París que ahora vende casi por el doble de lo que le costó.
La justicia portuguesa lleva tiempo investigando el caso, como apuntábamos en los artículos que cito al comienzo. Engañó a más de uno y poco menos que pretendía eliminar medios de comunicación que cuestionaban su gestión del Freeport de Alcochete, la "Face oculta", el Taguspark... y todo ello le lleva a ser sospechoso de fraude fiscal, corrupción, blanqueo y evasión de capitales a Suiza, posibles falsificaciones de títulos y gestiones bancarias muy sospechosas. Este es el marco de un hombre que obtuvo para los socialistas la única mayoría absoluta. Claro que después de una jugada maestra. Tras la "huida" de Durâo Barroso a Bruselas, a los socialistas les pilló con el paso cambiado. Por ello "permitieron" que Pedro Santana Lopes, del PSD, gobernase momentáneamente mientras el partido de la rosa, en los entresijos, preparó a un candidato que fue José Sócrates. A ello contribuyeron tanto Ferro Rodrigues, entonces peso pesado socialista, como Mario Soares e incluso quien había presidido el Parlamento y había sido ministro de exteriores, Jaime Gama, y, por supuesto, con la connivencia del presidente Sampaio. Todos amigos suyos.
Recientemente ha habido elecciones primarias para elegir candidato de las legislativas y el alcalde de Lisboa, Antonio Costa, luchó y venció a quien era secretario general socialista, José Antonio Seguro. Ganó el alcalde en encarnizada lucha y ahora es también secretario del partido. Y, recientemente, mandó al ostracismo a Seguro reclamando a Sócrates para su lado tratando de rehabilitarlo.
Y ahora ¿qué consecuencia tendrá el caso Sócrates? Difíciles para los socialistas que se las prometían muy felices frente al PSD de Passos Coelho. En un reciente comentario televisivo del prestigioso profesor y politicólogo Marcelo Rebelo de Sousa, que es un inteligente y fuerte candidato a la Presidencia de la República, decía que es doble: para el país y para el partido.

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