Opinión

¿Eso es Democracia?

Va a comenzar una nueva legislatura y sería de desear que transcurriese dentro de la cordura, la sensatez y la educación después de unas elecciones disputadas que llevaron al Congreso gran número de grupos. Un congreso muy plural. Se puede pensar distinto y eso es lógico y hasta deseable. Pero las ideologías deben sus seguidores tratar de exponerlas con la serenidad propia del lugar dentro del palacio de San Jerónimo con toda claridad pero sin ofender.
En pasadas legislaturas han acontecido hechos y hemos escuchado intervenciones que esperemos nunca se repitan. Sinceramente, y si me perdonan sus seguidores, me parece que aquella intervención de Pablo Iglesias apoyando e incitando a conseguir en la calle protestas que ni en las urnas ni en el Parlamento se lo facultan creo que están fuera de lugar. Aquella intervención en contra del diputado Rufián por parte de la entonces presidenta del Congreso, Ana Pastor, indicó una gran cordura. El parlamento es para la palabra, el diálogo y el entendimiento y nunca para las bravuconadas, los insultos y demás lindezas que ahora por desgracia menudearon en la Cámara más de lo que fuera de desear. 
Recordemos lo que dijo textualmente Pablo Iglesias a raíz de la victoria de Vox en Andalucía llamando a la movilización y a salir a las calles tras el auge de la ultraderecha en Andalucía. Sin hacer autocrítica, culpó al PP y Cs del éxito de Abascal: “Sus discursos han dado alas a la extrema derecha”. “Está en juego el futuro y la democracia de España”, afirmó. Con estas palabras dibujó el panorama político el secretario general de Podemos, insistiendo en dos ocasiones, en menos de 24 horas, en la necesidad de movilizarse para “frenar” la extrema derecha y “proteger el Estado de bienestar” tras conocerse el batacazo electoral de Adelante Andalucía, la coalición de Podemos e Izquierda Unida. “Tenemos que prepararnos -prosiguió entonces- para una época difícil, instando a trabajadores, estudiantes, feministas y colectivos progresistas a crear una respuesta antifascista porque la democracia está en riesgo”. El líder de Podemos señalaba como culpables del auge de Vox a Partido Popular y Ciudadanos, y acusaba a los medios de comunicación por haberle dado “argumentos” a la extrema derecha: “Nosotros no hemos cumplido con las expectativas. La lección fundamental es que para ser demócrata hay que ser antifascista, algo que no han entendido PP y Cs”. Mientras tanto, hemos visto el 10N como se ha multiplicado la formación de Abascal colocándose en la tercera fuerza del Parlamento.
Podemos ha esgrimido el desastroso resultado de la izquierda y el crecimiento de la derecha en los comicios andaluces y recientemente las elecciones generales, para recordarle al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, la necesidad de recuperar la mayoría de la moción de censura que le llevó a La Moncloa: “La situación es difícil para el Gobierno. Hay que reconstruir la mayoría rota junto a los partidos independentistas. Sánchez podía haber hecho más de lo que ha hecho”. Veremos como salen adelante después de la fragmentación del 10-N y la coalición.
Sin suscribir de ningún modo ni el fondo ni la forma los postulados de la nueva formación de extrema derecha, sí que sostengo que detrás tienen muchos votos, una parte de la ciudadanía y eso merece todo el respeto. Y, por otra parte, debieran recordar los de Podemos que en el parlamento hoy en día sus votos han ido descendiendo. Debieran preguntarse por qué. Igual que el batacazo de Ciudadanos. Dan la impresión, con su insistencia en entrar en el gobierno, que les mueve un afán de poder y protagonismo fuera de lugar. Le corresponde al PSOE el gobierno y, tienen razón en ello, un gobierno con dos cabezas nunca podría contribuir a la necesaria cohesión que el pueblo necesita. Pero al final estamos comprobando como aquello es agua pasada y se ha pasado del digo al Diego en 48 horas, algo que en seis meses fue imposible.
Confiemos en el cambio y en que el preacuerdo de gobierno de coalición vaya bien por bien de todos. Por primera vez en España se proclama un gobierno de coalición y creo que es bueno, sobre todo para los dos partidos.

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