Opinión

¿Aspirina, antibiótico o cirugía?

Las escenas que estamos contemplando de los refugiados son espeluznantes y están poniendo a prueba a una Europa que nunca puede contemplar estos hechos impasible y debe acoger por humanidad a cuantos huyen de sus países por serias razones. Siempre Europa ha sido acogedora y debe seguir siéndolo como acaba de pedir el papa. Dicho lo anterior y contando con que tal vez me salgan un montón de tópicos, citas desgraciadamente manidas y fotos desgarradoras como la del niño muerto en la playa, autocares repletos de cadáveres, horribles hacinamientos alojamientos improvisados en estaciones de tren y numerosas colas en fronteras con miles de seres humanos esperando a su Godot.
Las medidas que se están tomando son humanamente acertadas, como una muestra de corazón y sentimiento. Pero existe algo más, que es la causa de ese éxodo de miles de personas. Infinitas reuniones y documentos rimbombantes que se quedan en papel mojado. ¿Se trata de ofrecer aspirinas o antibióticos, o hace falta una cirugía con mucha imaginación de la que, por lo visto, carecen nuestros "lideres"? Bien que se les acoja, pero falta ir a la raíz. ¿Radica ésta en vaciar a África en una caduca Europa en crisis? Esta es la cuestión. Es Occidente, es la ONU, los países libres los llamados a dar respuesta con una solución que pase por promocionar a esos pueblos de los que huyen en busca de la supervivencia, de libertad y de un mendrugo de pan. Esos pueblos deben ser ayudados con todas las fuerzas para que los ciudadanos nunca tengan que seguir un éxodo que nunca es positivo para nadie. Ni para ellos ni para nosotros. Compromiso que lleve a colocar al petróleo en su lugar y a los ciudadanos en un humanitario acomodo. ¿Para qué sirven las instituciones internacionales si en casos como éste tratan de poner parches acogiendo a miles de refugiados en sus países cuando en la huida el mar se está convirtiendo en un atroz cementerio? 
Son las estructuras sociales, políticas e incluso religiosas las que están llamadas a renovarse en esa zona del mundo para subirse al tren del progreso y la modernidad y nunca una peregrinación hacia la nada y el espejismo. Seria reformas para que el acomodo de los ciudadanos sea real, positivo, plural. Poseen recursos si se les ayuda a explotarlos para sobrevivir en su hábitat de origen sin tener que emigrar. Ahí estaría la solución: darles de comer en sus pueblos sin tener que habilitar soluciones transitorias. Debemos compartir con ellos lo nuestro dándoles el pez primero pero sobre todo la caña para poder alimentarse por sus medios sin tratarles como a seres de segundo orden.
Se nos parte el corazón cuando los trenes van a rebosar sobre todo de gente joven cuyo lugar debiera ser la educación en su cultura. Es de alabar la labor de las ONG pero eso es pan para hoy y hambre para mañana, que es justo lo que nunca debiera ser la tónica. Porque van a estar tirados en nuestras calles y, a la llamada del hambre, muy posiblemente se verán abocados a caminos errados. ¿Sobra trabajo hoy en Europa? ¿O acaso les vamos a utilizar como mano de obra más barata aprovechando su necesidad? Sería muy grave.
Es un cúmulo de problemas que genera ya ahora y más a la larga el asunto de los refugiados. Por eso una vez más son necesarios verdaderos lideres que aporten soluciones duraderas y que marginen el petróleo, porque en realidad eso supondrá que los estamos utilizando de una manera burda e inconcebible. Mientras esos lideres con ideas abiertas y nuevas brillen por su ausencia seguiremos tirando flores al Mediterráneo en una solidaridad de lo más hipócrita. 

Te puede interesar