Opinión

Xenofobia a lo British

Con el cambio de Primer Ministro en el Reino Unido -que dentro de poco dejará de ser ‘Unido’ si los escoceses e irlandeses del norte ponen las pilas del ‘independentismo’- por una diplomática Sra. Theresa May que se ganó la confianza y el respeto de la Unión Europea tratando de llegar a un acuerdo satisfactorio de la salida gracias al Brexit, por el nuevo energúmeno, mujeriego, mal educado y por encima de todo el verdadero arquitecto de todo este follón, Mr. Boris Johnson. 
Ya he gastado bastante tinta en los últimos artículos de este periódico para presentar mi opinión sobre este elemento, pero a lo que voy. La xenofobia ha vuelto a asomarse en Inglaterra que había comenzado antes y después del nefasto referéndum de junio del 2016 con el resultado que ya sabemos todos en lo que ha acabado. ¡El follón de hoy que aun esta sin resolver y amenaza el futuro del continente si sale un ‘No acuerdo’ a final de mes! Pero primero recordar, nuevamente, a la historia detrás de todo esto. Originalmente, la Sra. May, cuando era Ministra del Interior en 2010 comenzó una campaña para expulsar a los supuestos inmigrantes ilegales del país y hasta hizo construir centros de acogida mientras los identificados trataban de justificar su documentación para poder volver a sus países de origen. Mientras, como bien sabemos todos los europeos, el tratado de Maastricht de 1992/3 establecía los pilares del futuro de Europa en cuatro pilares esenciales. La libertad de mercancía, capital, servicios y personas. 
O sea, los europeos tenían la libertad de vivir y trabajar en las islas británicas. Lo que pasó es que, el Reino Unido, contrario a muchos países europeos, gozaba de una economía boyante, un desempleo casi nulo y por encima de todo, la gran facilidad de contratos de trabajo. Burocracia mínima. No importaba el titulitis, ni el conocimiento del idioma, que por cierto era uno de las razones que muchos jóvenes buscaran trabajo, en lo que sea para poder estudiar el inglés. Pero, y siempre hay un, pero, no existía el sistema de identificación más básico, que era un carnet de identidad tanto para los ciudadanos ingleses como para extranjeros. Curioso pero la verdad. 
Poco a poco comenzó el éxodo hacia las islas hasta que llegó el momento que aparecieron el dúo dinámico de Johnson y su compinche, el ultra derechista Farage que se supone se hartaron de tanto abuso y comenzó la campaña contra la Unión Europea. El primero como periodista –dominaba los medios– y el segundo como diputado nada menos que en el parlamento europeo. Uno de los objetivos de estos elementos era abolir el ‘libre movimiento de personas’. Clave de este gran súper fiasco conocido como Brexit. Los medios de comunicación, como he mencionado, antes del referéndum ya habían comenzado con la campaña difamatoria con ‘los intrusos de Europa’, en especial el mayor número que eran los polacos con hasta 700.000, todos con trabajo y aportando a la economía británica. Fueron estos pobres individuos lo que poco a poco introdujo la primera ola de xenofobia que se transformó en ‘atacar’ a cualquier individuo que no hablaba inglés. Esto lo sabemos muy bien porque la prensa española publico varios artículos de ataques a individuos por la simple razón de estar hablando castellano en público, ejemplo un pub o el transporte público. 
Volvamos al día de hoy. Nadiya Hussain, una popular cocinera de un programa de televisión les dijo textualmente a los periodistas. ‘Yo y mis hijos comenzamos a sufrir de acoso racial desde el referéndum. Me cuentan médicos y enfermeras jóvenes de otra raza que comienzan los pacientes a demandar ser atendidos por ‘blancos’. Ya es peligroso para los niños árabes, africanos y asiáticos jugar en los parques infantiles. ¡Esto acaba de comenzar!

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