Opinión

Obdulio Varela

Durante mi educación primaria en un colegio británico en Buenos Aires, aparte de lo académico nos obligaban a practicar todo tipo de deporte menos en fútbol. Rugby, gimnasia, muy temprano por la mañana, ‘paleta’, un tipo de frontón porteño, natación en el verano y uno de mis preferidos, el atletismo. A una temprana edad me di cuenta de que era un velocista, especialmente los 100 y 200 metros, 4x100 y salto en longitud. Como eran los años 40’ del siglo pasado, mi ídolo a quien lo tenía como un Dios era el negro Jessie Owens, que cautivó al mundo en las olimpiadas de 1936 ganando 4 medallas de oro precisamente en estos eventos. Sin entrar en mas detalles, estas olimpiadas se celebraron nada menos que en Berlín, la Alemania del maniático Adolf Hitler que no solo odiaba a los judíos, pero también a los de otras razas que no eran los ‘nazis’ rubios y de ojos azules. 

Volviendo a lo primero, la Argentina. Era la época del nacimiento del Peronismo, fiel aliado de los alemanes durante la II Guerra Mundial. Buenos Aires era una ciudad poblada generalmente de emigrantes e indígenas del norte y del sur del país, pero jamás con ciudadanos de raza negra. En 1950, mis padres, después de 30 años, ya no aguantaron más la presión del peronismo y ‘emigraron’ al Uruguay. Yo continué en el colegio en Argentina hasta que falleció mi madre dos años más tarde y me marche a Montevideo donde complete mis estudios en otro colegio británico. Fue en Uruguay donde observe que un sector de la población en Montevideo era de raza negra, obviamente hijos de emigrantes de Brasil. Pero lo mas sorprendente era que, como adolescente me uní a la ‘muchachada’ de Uruguay que adoraba un nuevo ídolo del deporte que era un futbolista negro que jugaba en el equipo de Peñarol. Se llamaba Obdulio Varela. Cuando yo llegué ya tenía sus 36 años y le quedaba un par de años antes de la jubilación.
 

Pero lo que no sabía es que en sus años mozos jugaba en el equipo nacional de Uruguay nada menos que 45 veces. Su mayor éxito fue en 1950, como capitán del equipo que ganó el campeonato mundial ante los grandes de Brasil. Hablando de Brasil, debo mencionado a Pele, el que ‘dicen’ invento ‘la chilena’ justo el año en que yo estaba destinado a Santiago de Chile. A los 17 años marche a estudiar en la escuela de ingeniería del Cable Ingles junto con algunos estudiantes negros de otras partes del mundo. Incluso había uno que medía 2 metros y era de Cuba. Me hice amigo porque hablábamos el mismo idioma. Era la época antes de Fidel Castro. 

En fin, a partir de esa fecha he trabajado en muchas partes del mundo, especialmente el Caribe y me he asociado con muchas personas de todo tipo incluido negros que han sido amigos, subordinados y jefes sin ningún problema de racismo ni de uno ni del otro. Ya en el presente, en este mundo infame con todo tipo de odio se comete un atroz asesinato por un policía blanco a un negro y estalla la rabia masiva con manifestaciones y delitos contra la propiedad por todos lados. ¿Por qué? En pleno siglo XXI nunca, las relaciones interraciales han estado mejor. Ejemplo. Barak Obama, el primer negro, y buen presidente de USA. Hoy, los matrimonios y parejas sentimentales blanco/negro son muy normal. ¡Claro que siempre existirán los grupos de energúmenos que atacan indiscriminadamente a la sociedad, igual que de otras ideologías radicales! Pero no son mayoría. ¿Qué está pasando con tanta manifestación nefasta? ¡Basta ya de tanto odio!

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