Opinión

No tengo ni idea

Como comprenderán, delecto leyente/a, varios grupos de amigos, tertulianos al que pertenezco, al igual que mi propia familia, que gracias a Dios son todos españoles, y después de más de tres décadas de residencia permanente es lógico que me pregunten mi opinión y que pasará, casi constantemente, sobre el nefasto resultado del referéndum del Reino Unido. Mi respuesta ha sido siempre la misma. ¡No tengo ni la más puñetera idea! Cuando supe del resultado el 23 de junio de 2016 no he dejado de seguir de cerca y diariamente como se fue desarrollando la catástrofe, cada vez peor, al pasar las semanas, meses, años y llegar al punto de partida, al igual que el juego de Monopolio. O sea, cero patatero.
 He seguido de cerca, gracias a Internet a todos los periódicos del Reino Unido. Los que denunciaban a la Unión Europea como un antro de burócratas y despilfarradores – the Sun, Daily Telegraph (el portavoz del actual Primer Ministro Boris Johnson), Daily Mail, Daily Express (un nido de víboras) – y los a favor de la Unión Europea – the Guardian (amigo de Galicia), the Independent, the Economist -  acabando con los medios neutrales – the Daily Mirror, the Times y the Financial Times. Además, seguía de cerca los internacionales como Der Speigel (Alemania) y Bloomberg (USA). Luego están los canales de televisión. 
En Inglaterra Sky News, a favor del Brexit, BBC, un poco de todo, Euronews, con la verdad de la milanesa y CNN igual de neutral, sin olvidarnos de Al Jazeera, un canal estupendo mejor que el resto. ¿Bueno, a que va todo esto? Muy simple, la conclusión hasta el momento es que desde un principio el pueblo británico, especialmente el inglés, les han lavado el cerebro de tal manera que siguen en la oscuridad sobre cuáles son las ventajas y las desventajas de ser parte del gran experimento que es la Unión Europea. Pero pensemos en lo práctico. ¿Acaso no ocurre en la mayoría de los países europeos si les presentan un referéndum similar como hicieron en Gran Bretaña? ¿Qué saben los daneses, los holandeses y hasta los alemanes? ¿Acaso saben cómo funciona Bruselas? ¿Cuáles son las instituciones? Son 28 países. ¿Pueden ustedes sin pensarlo decir cuáles son esos países? ¿Cómo funciona el sistema de fondos europeos? ¿Cómo se otorgan y por qué? Tenemos un clásico ejemplo en la Cidade Frondosa. ¡Vigo Vertical! La cifra original era de 15 millones de Euros para la construcción de escaleras mecánicas y ascensores. Pero últimamente, estamos por invertir muchos más millones en peatonalizar la Puerta del Sol y según la prensa local todos subvencionados por la Unión Europea. ¿Por qué creen que el Reino Unido no quiere pagar la deuda? Uno puede seguir con miles quizás millones de este tipo de preguntas y siempre refiriéndose a la macro información sobre la Unión. ¿Pero y la letra pequeña? Hace unos meses comparé la presentación original del Brexit al pueblo británico como una medusa. Lo que flota en la superficie aparece como bonita, emitiendo una sensación de tranquilidad. Mientras, por debajo hay miles de tentáculos pequeños, minúsculos y microscópicos llenos de veneno. 
Después de 3 años inútiles de tratar de llegar a un acuerdo global que representan en mi metafórico esquema como lo minúsculo, es el sector microscópico y más complejo el que está dando el mayor quebradero de cabeza a ambos lados del canal. ¡La libertad de movimiento de los 500 millones de ciudadanos que quiere eliminar el gobierno británico! Les dejo con la espina de Irlanda como un ejemplo y es el escollo principal. Además, es la punta del iceberg. Por ahora.

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