Opinión

La medusa Brexit

No cabe duda de que ésta tremenda catástrofe mundial de ataque de un virus desconocido y casi imparable acapara cada día las noticias en los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales en todo el planeta. Por ahora, no hay una organización, institución, gobierno u otro grupo de seres humanos que dé exactamente en el clavo para acabar de una vez con este avance apocalíptico. Sin embargo, existen una plétora de estudios, discusiones, opiniones de todo tipo que están luchando contra este monstruo y hay que reconocer, dar gracias a todos los sectores involucrados, seguir apoyándolos como podemos. Comencemos de una vez a reconocer que es un ‘demonio’ y cooperar todo lo posible en los consejos básicos, que ya sabe todo el mundo, para poder, a la larga, sobrevivir. Por otro lado, no sirven las acusaciones por la simple razón de que somos seres humanos mortales y pertenecemos como otro más a la especie de mamíferos. Nacemos, crecemos, reproducimos y morimos. 
Por otro lado, debemos tratar de adaptarnos como podemos con este panorama totalmente inesperado y seguir luchando, dentro del ambiente de cada sector en el que nos encontramos. Nadie tiene la culpa. ¿Duro? Pero es la verdad. Sin embargo, no todos los mandamases en el mundo han demostrado la capacidad de entenderse frente a este enorme desafío. En mi caso particular, al ser británico, me concierne la actitud del gobierno de mi país, aunque este luchando igual que el resto en encontrar una solución, sigue empeñado en marcharse de la Unión Europea, con o sin acuerdo el 1 de enero del 2021. Me refiero naturalmente al Brexit. 
Hace poco di una conferencia en Ourense en un Foro del periódico La Región que duró nada menos que una hora y media sobre el tema con un resumen que fue publicado en este periódico. Desde el nefasto referéndum de hace 4 años cuando los ‘ingleses’ dieron el pistolazo de marchase han pasado cientos de miles de reuniones y discusiones entre Londres y Bruselas que ha acabado en, perdonen la expresión, cero patatero. No han avanzado absolutamente nada. Y aquí estamos, con una puñetera pandemia y el gobierno de mi pueblo listo para cerrar la puerta. Pero, en mi opinión hay una segunda razón -aparte del COVID-19- por la cual Europa se encuentra en esta situación de impasse. La mejor manera que lo puedo describir es comparándolo, metafóricamente con una medusa. Boris Johnson, actual Primer Ministro y Nigel Farage, eurodiputado, los arquitectos originales, presentaron la campaña como una panacea de beneficios por un lado y una serie de razones en contra de un establecimiento burocrático y autocrático que era la Comisión Europea por el otro. O sea, una preciosa medusa de colorines flotando en un mar en el cual siguen creyendo los ‘ingleses’ fue conquistado por la Royal Navy hace siglos. ¿Pero piensen un momento; que hay por debajo una medusa? ¡Tentáculos! Primero están los gruesos, seguido por los mas delgados y finalmente los casi microscópicos.
 En otras palabras, lo que al principio parecía sencillo, con tres años de bailes entre la Primer Ministra Sra. Theresa May y el Sr. Jean Claude Junkers de Bruselas comenzó a destapar el verdadero desastre que será el Brexit si sigue adelante sin acuerdo. Hemos pasado de los primeros, parte de los segundos y Aleluya, comienzan a aparecer los microscópicos. Resumen, simplemente no hay un ejército de empleados públicos en ambos lados del Canal que pueda con el infinito número de detalles que habrá que subsanar al quebrar todos, repito todos los actuales acuerdos entre ambos. Continuará…

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