Opinión

El gran fallo del cable inglés

En el año 2013 un gran historiador y amigo, José Ramon Cabanelas, investigó y publicó un libro ‘VIA - VIGO’, auspiciado por Estudios Vigueses sobre el advenimiento del telégrafo, a mediados y finales del siglo XIX, y posteriormente la instalación de cables submarinos conectando la ciudad con el exterior al nuevo sistema de comunicaciones. Las principales compañías extranjeras eran el ‘Eastern Telegraph Company’ (ETC) del Reino Unido y la ‘Deutsch Atlantische-Telegraphengesellschaft (D.A.T.) de Alemania. Fruto de la era industrial, el Reino Unido dominaba gran parte del mundo gracias a sus colonias por un lado y el avance de la tecnología, incluido ferrocarriles por el otro. 

La empresa británica fue desde su comienzo un verdadero monopolio alcanzando niveles de instalaciones cablegráficas desde Latino América hasta el Oriente Lejano de la India y China. Volviendo a la Muy Leal, desde 1875 hasta 1927 el Cable Ingles, como llego a conocerse localmente, empleó un gran número de personal británico que introdujo todo tipo de nueva vida desde deportes, como el futbol y el tenis, hasta las costumbres de sociedad social anglosajona. Pero a medida que avanzaba el resto del mundo en nuevas tecnologías, por un lado, como la telefonía, la radio, la transmisión por satélite y los nuevos cables coaxiales, el Reino Unido, por el otro, comenzaba a perder su gran imperio al independizarse sus colonias formando lo que hoy conocemos como ‘la Commonwealth’ (Australia, Nueva Zelanda, Canadá para dar ejemplos). Mientras, el Cable Ingles se consolido como una sola empresa con el nombre Cable & Wireless. ¿Y aproximadamente, a partir de los años 60 del siglo pasado, que es lo que hizo esta gran empresa de telecomunicaciones? Concentro todos sus avances tecnológicos de nuevas instalaciones en esta Commonwealth mientras seguía ‘sacándole jugo’ a lo que quedaba del sistema antiguo’ de telegrafía anticuado en el resto del mundo como fue el caso de Vigo. El castillo de naipes se vino abajo en 1970 cuando el Cable Ingles cerró las puertas en Vigo, aunque siguió en el puerto como la base de cableros, pero eso es otra historia. La empresa siguió operando a medio gas, pero se metió en una ‘camisa de once varas’ cuando entraron unos supuestos expertos de marketing y durante un par de años llegaron a la conclusión de que el Cable debería dedicarse a la consultoría y las licitaciones internacionales de instalaciones de telecomunicaciones. Y así siguieron durante un par de décadas. Grandes proyectos, especialmente en el Oriente Medio empleando cientos de ingenieros de todo tipo, pero la mayoría de los proyectos venían con fecha de caducidad. 

Llegó la era de las privatizaciones y el Cable formó una empresa en Inglaterra con el nombre de ‘Mercury’. Durante años, similar a ‘R’ en Galicia, diseñaron e instalaron una gran red de fibra óptica. En USA trataron algo similar pero los americanos eran astutos. Una ley no permitía a una empresa extranjera tener una licencia internacional que es en donde estaba la pasta marinera. ¿Qué ha pasado desde entonces? Un poco de todo. Finalmente, lo que quedaba de la empresa, que por cierto cambio de nombre varias veces, lo compro una americana y el gran imperio del Cable Ingles por fin murió. ¿Por qué lo llamo el fracaso? Los ingenieros de la Universidad de Vigo acaban de conseguir una fibra de vidrio mil veces mas fina que un cabello. El Cable se había dedicado a la fibra óptica y si en su día hubieron negociado con Telefónica conectar desde Vigo primero un cable coaxial, luego de fibra óptica con Cornualles, Vigo seria hoy una terminal de la red mundial y no Cádiz.

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