Opinión

Escritores gallegos

Debe ser más de quince años que contribuyo notas en este periódico, cinco como cartas al director y posteriormente como columnista. Aunque mi profesión original era de ingeniero de telecomunicaciones, siempre tuve un deseo de ser escritor. Durante mi carrera, documente como un hobby varios proyectos internacionales de mi oficio en el que participe, pero no como un simple resumen, más como un diario que incluye capítulos sobre la zona o el mismo país en que estaba trabajando. En otras ocasiones, al mandar los informes del trabajo a la casa matriz del Cable Ingles in Londres hubo momentos en que me llamaron la atención por elaborar con demasiadas descripciones cada sector del trabajo en cuestión.
No fue hasta mediados de los 90, ya cuasi jubilado en Vigo que decidí lanzarme a escribir novelas. Naturalmente en inglés, pero sin olvidarme de incluir Galicia en alguna parte del manuscrito. Mi primera publicación, en 1998 fue ‘Mi libro de cuentos y otras estupideces’, una antología de historietas, pensamientos filosóficos y hasta un par de poemas sarcásticos. Diecisiete capítulos en total. El gallego era el cuarto capítulo, titulado: ‘Memorias de un yerno inglés’, en donde participo ‘Floreano’ caricatura creada por el ilustre y amigo del Faro de Vigo, ‘Gogue’. Estaba basado en una semana de vacaciones en una aldea con mi novia -futura mujer- y sus padres. Algo impensable en la época de la dictadura. Pero no fue hasta el 2001 que decidí estudiar el arte de ser un escritor y, después de convencer a mi mujer que no estaba loco, solicité y me aceptaron en un curso de posgraduado de un año titulado ‘escritura profesional’ en la Universidad de Arte de Falmouth, Cornualles. El primer semestre fue increíble. Abarcaba todo el abanico desde capítulos de novela a cuentos de niños, guiones de cine/televisión sin olvidarnos del periodismo. El curso era intensivo de lunes a jueves con un ejercicio de artículo de periódico a presentar el lunes que luego se publicaba en el blog de la Universidad. Durante el segundo semestre del programa -ya había vuelto a Vigo- incluía una tesis (a elegir) y una publicación remunerada para poder graduarme. Como venía de una ciudad de la industria pesquera me puse en contacto con una revista llamada ’Fishing News’. Les ofrecí mis servicios mandándole un pequeño artículo sobre el marisco de las Rías. ¡Aleluya! Me lo aceptaron, no recuerdo la cantidad, pero me pagaron, sin embargo no les interesó que siguiera como corresponsal. La segunda parte lo dedique a un guión de película sobre la guerra de las Malvinas el cual complete. 
Aprobé el curso. Posteriormente lo ofrecí a varios agentes en el Reino Unido, pero fueron rechazados hasta que uno fue amable y me sugirió que lo convirtiera en una novela. Y así nació el comienzo de 5 años de investigación y conclusión en 2007 de mi primera novela -‘The Goa File’- sobre la Argentina desde los años del comienzo del peronismo hasta la invasión de las islas en marzo de 1983. Está dedicado a todos los emigrantes, incluido los gallegos que participaron en el desarrollo de esta gran nación y acabó ganando un premio en el Reino Unido. Desde entonces no he dejado de escribir con una nueva versión de antología, una novela sobre el terrorismo y la droga en Galicia e Inglaterra -también ha recibido premios incluido USA- y por fin mis memorias como cónsul, pero esta vez en castellano con una traducción versión en gallego. 
Acabó con una pregunta es: ¿Estamos considerados escritores gallegos por las instituciones culturales de Galicia los que escribimos en otro idioma? ¿Si no, por qué?

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