Opinión

Efectos especiales falsos

Debido a la pandemia del coronavirus que ha causado el aislamiento de una gran mayoría de la población de la vida mundana durante unos cuantos meses, y aun sigue, el aumento de horas ante el ordenador, la televisión, la ‘play station’, dándole ferozmente al WhatsApp y otros pasatiempos ha superado las estadísticas normales de los últimos años. Hay los que leen libros, especialmente los padres con niños pequeños, otros jugando a las cartas o al ajedrez, para dar ejemplos, pero la mayoría terminaban tarde o temprano ante la ‘caja tonta’ para acabar el día. No conozco las cifras, pero muchos televidentes tenemos un contrato de ‘multi canal’ con varios ‘extras’ de pago, especialmente en deportes como el futbol, aunque desgraciadamente esta puñetera situación ha cancelado, por ahora la liga y nos ha dejado con las ganas, salvo un canal u otro que transmite ‘redifusiones’ de antiguos partidos excepcionales. Lo que abundan mas que nada son las series, especialmente norteamericanas y películas incluso internacionales. Lo que ocurre, desgraciadamente son lo que se llaman ‘repeats’ de la misma película, una y otra vez. Los mismos canales se los pasan de un lado a otro. Otros las emiten por la mañana y luego otra vea por la tarde. Saturación total. También, una vez más, hay de todo. 

Desde los románticos a los policiacos, desde los históricos hasta los eróticos, hay para todos los gustos. Sin embargo, después de tantos años como forofo de la cinematografía, me di cuenta del mundo absurdo de la ficción, hasta diría que exagerada de este supuesto sector de arte contemporáneo que nos ha estado transportando a un mundo que simplemente no existe. ¿O me equivoco? ‘Basado en hechos reales’, dicen algunos. ¡Cuento chino! ‘En memoria de mi tío Juan’ dicen otros. Y a quien le importa. Luego los que se inventan una historia dentro de una tragedia. El ejemplo más ridículo, que ya lo he mencionado en otra nota era la de amor en la película ‘Titanic’ del director James Cameron con Leonardo di Carpio y Kate Winslet. Un insulto a una de las tragedias navales mas famosas de la historia. Si repasamos todas las películas de la II Guerra Mundial, salvo algunas verdaderamente excepcionales, la mayoría son guiones estrafalarios con unos americanos guapos de la 7º de caballería y unos alemanes feos con cara de odio durante todo el rodaje de la película. Quizás ‘La lista de Schindler’ fue una excepción, pero gracias a uno de lo grandes directores de nuestro tiempo, Stephen Spielberg. ¿Por qué lo del título de esta nota? Vamos a ver. Empecemos por las policiacas que comienzan con polis en cientos de coches patrulla persiguiendo a los malos o quizás a unos que son buenos, pero aun no lo sabemos. Durante minutos esquivan otros coches, chocan, conducen contramano, explotan y generalmente los perseguidos escapan ilesos. ¡Por favor! En la vida real, a la segunda manzana, o sector de la autopista se acababa la persecución. 

Luego están las peleas a puñetazos, con bates de béisbol, rompiendo muebles, jarrones, sillas, ventanas para caerse por un barranco o a un rio. Al día siguiente, el héroe aparece con un pequeño rasguño haciendo el amor con la del 5º. En la vida normal tendría el cuerpo hecho pedazos con la cara reventada y en cuidados intensivos. Pero las mejores son las escenas espontaneas del sexo. ¡Plas! ¡Pum! Sobre la mesa de la cocina, contra una pared, por la escalera y de vez en cuando en la cama. Pero siempre a lo bruto. Lo dejo ahí, pero todo sigue siendo falso. Que me den los Simpson cualquier día.

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