Opinión

André Previn

Desde muy pequeño he sido amante de la música clásica, la de verdad. Creo que solo tenía unos 8 o 10 años cuando escuche por primera vez la ‘Polonesa heroica de Chopin’ e inmediatamente quería aprender a tocar el piano. Mis padres no quisieron saber nada y adiós la ilusión, pero no la pasión que ha durado hasta el día de hoy. Durante el día, cuando estoy en casa tengo encendido la emisora de RNE clásica, aunque últimamente lo de clásico deja mucho que desear. Me conozco la mayoría de los compositores, sus obras y gracias a las nuevas tecnologías, especialmente YouTube puedo sintonizar, escuchar y ver todo tipo de solos, conciertos, sinfonías antiguas y recientes. Como ocurre con tantos otros videos vistos en las pantallas modernas de televisión resalta la nitidez de los colores, el esplendor del escenario o la sala de concierto, y en algunos casos la elegancia con los trajes y vestidos de diseño. Y lo guapo o guapa que son los/as solistas. 
Una de mis favoritas es Alicia de Larrocha en un video de la interpretación de ‘Noches en los Jardines de España’ de Manuel de Falla. Otro es ver a un chiflado saltimbanqui Leonard Berstein y el pianista Krystian Zimmerman, con la Filarmónica de Viena durante una increíble interpretación del concierto de piano Nº 5 de Beethoven hace ya unos 5 o 6 años. El final fue majestuoso ver a Berstein abrazando a Zimmerman como si fuese su hijo prodigo. Pero a lo que voy. Una de las mejores solistas contemporáneas es la alemana Anne Sophie-Mutter, alta, rubia de 55 años que comenzó con el piano a los cinco años, pero pronto cambio al violín y con solo 13 años fue invitada por el famoso director Herbert von Karajan a tocar con la Orquesta Filarmónica de Berlín. 
En 1977 hizo su debut en el Festival de Salzburgo con la Orquesta de Cámara Inglesa bajo la dirección de Daniel Barenboim. Su carrera fue de éxito en éxito y con solo 22 años fue nombrada miembro honorario de la Real Academia de Música de Londres, un prestigio que comparte con nuestro propio gallego-escoces, David Russell. Con 26 años se casa con el abogado de Herbert von Karajan, 30 años mayor. Tienen 2 hijos, pero 6 años más tarde su marido fallece de cáncer. Luego en el 2002 con 39 años conoce y se casa con André Previn, 73 años, pero después de 4 años se divorcia. 
Cuando uno ve a un conductor brillante trabajando junto una mujer de talento extraordinario es imposible imaginar cómo pudieron casarse y porque la extraña atracción de una belleza como Anne es atraída por hombres mucho mayores que ella.  El 28 de febrero, con 89 años fallece André Previn y con la tumultuosa situación mundial los medios de comunicación apenas lo han mencionado. Este personaje es probablemente uno de los más exitosos músicos, directores y compositores del mundo, especialmente del cine en Hollywood. De origen judío-alemán emigró a Estados Unidos junto con sus padres antes de la II Guerra mundial, se casó 5 veces incluida con la actriz Mia Farrow, pero no tuvo hijos. 
Volviendo a sus éxitos, ganó el Oscar 4 veces, en las películas Gigi, Porgy y Bess, Irma la Dulce y ‘My Fair Lady’ y grabó y condujo las bandas sonoras de más de 50 otras películas. Nunca dejo su lado clásico y la lista de actuaciones como pianista y como conductor eran interminables viajando por todo el mundo. Que descanse en paz uno de los más grandes intérpretes y compositores de la música que nunca muere.

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