Opinión

La crisis del estado estático de bienestar

Una de las polémicas políticas más interesantes a las que podemos asistir en estos momentos es la de la función del Estado, y más concretamente, la de la supuesta crisis del llamado Estado del Bienestar,especialmente en su dimensión estática.

¿Porqué ha entrado en crisis esta forma de entender las relaciones Estado-Sociedad?. Me parece que, entre otras razones, porque el Estado, que está al servicio del interés general y del bienestar general, de todas y cada una de las personas,de al excelsa dignidad del ser humano, se olvidó, y no pocas veces, de los problemas reales de los ciudadanos.

Por eso, la reforma del Estado actual hace necesario colocar en el centro de la actividad pública la preocupación por las personas, por sus derechos, sus aspiraciones, sus expectativas, sus problemas, sus dificultades o sus ilusiones. El modelo de Estado estático de Bienestar acabó por ser un fin en sí mismo, como el gasto público y la burocracia. Hoy más que nunca hay que recordar que el Estado es de la las personas, que la burocracia es de las personas y que los intereses generales deben definirse con la activa participación de la gente.

En este sentido, la reforma del Estado del Bienestar no puede depender de una ideología en la configuración de su formulación porque hoy las nuevas políticas públicas se delimitan por una renuncia expresa a todo dogmatismo político y por la apuesta hacia ese flexible dinamismo que acompaña a la realidad y, por ello, a los problemas de las personas. Hoy, me parece, la ideología aporta sobre todo y ante todo una configuración completa y cerrada de la realidad social y de la historia de carácter dogmático que no puede, es imposible, acercarse a un mundo que se define por su dinamismo, pluralismo y versatilidad. A diario lo vemos, y lo comprobamos.

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