Opinión

La obligación de extenderse no es pretensión de los fundamentalistas, sino mandato del Islam

 

Por qué nos engañamos?: La obligación de extender el Islam por todo el mundo, sometiendo a los infieles, no es una pretensión de los fundamentalistas. Es una parte esencial de esta doctrina. Bernard Lewis, en un libro clásico sobre la materia,"El lenguaje político del Islam", escribe: “De acuerdo con las enseñanzas musulmanas, la yihad es uno de los mandamientos básicos de la fe, una obligación que Dios ha impuesto, a través de la revelación, sobre todos los musulmanes. En una guerra ofensiva es obligación de la comunidad musulmana en conjunto en una guerra defensiva se convierte en una obligación personal de cada varón musulmán adulto. 


El teólogo liberal Hans Küng en un libro clásico (El Islam, historia, presente y futuro. Editorial Trotta, Madrid, 2004, página 696), escribió hace años: “¿Hasta dónde se debe hacer concesiones a los distintos grupos de presión musulmanes? ¿Se puede consentir que las muchachas musulmanas no asistan, por presión de los padres, a las clases de biología y educación física, ni tomen parte en las excursiones de su grupo escolar? ¿Que hagan descansos para orar en medio de los exámenes y que exijan menús especiales para la comida de mediodía en las cantinas de las escuelas? ¿Que los musulmanes se nieguen a ser visitados y tratados en los hospitales por personal del sexo opuesto? ¿Que reclamen un sector musulmán segregado (carré musulman) en los cementerios públicos o solares municipales para mezquitas y quizá también para piscinas especiales? ¿¿y que, por último, no se respete el principio de la igualdad de derechos, violado con el envelamiento impuesto con frecuencia a las mujeres y niñas por sus padres y hermanos o con los matrimonios arreglados por los progenitores?”  Esto ya es corriente en España.


En agosto de 2007, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama manifestaba que el fracaso de la integración de los musulmanes en Europa era una bomba de tiempo que ya había contribuido al terrorismo y podría llegar a convertirse en una amenaza para la democracia. Sus proféticas palabras se han cumplido.

Cuando Inditex cambió sus etiquetas


Occidente cede ante las presiones del Islam hasta en los aspectos más ordinarios de nuestra vida cotidiana: Cuesta trabajo creerlo, pero a veces se producen situaciones insólitas. Hace unos años, el grupo Inditex llegó a cambiar las etiquetas de algunas prendas de la nueva colección de Bershka en las que se veía una mezquita, y que, según publicaron algunos diarios saudíes, había provocado quejas de algunos clientes en las tiendas de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. Si hasta el Real Madrid decapita su emblema para no molestar a sus protectores musulmanes.


Hace unos años, se produjo un gran revuelo, cuando una opositora a una plaza de funcionaria de la Xunta de Galicia, que debería examinarse con varios cientos de aspirantes, invocó su condición de musulmana para exigir que se le cambiará la fecha da la prueba general, que coincidía en viernes por otro día no santo para el Islam. De este modo, se evitó los agobios de decenas de competidores compartiendo con ella el local de los exámenes, y pudo realizarlo tranquilamente en solitario. En realidad, tenía derecho, según las concesiones contenidas en a el Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España, firmado por el gobierno socialista.

No conviene perder de vista que hay millones de personas en el mundo que creen que los terroristas musulmanes abatidos están en el paraíso, entre ríos de leche y miel y variedad de huríes. Es el lugar reservado a los que mueren por el Islam. María Teresa Pérez Higuera precisa que el Paraíso de Alá es  “compendio de todos los placeres a los que el hombre puede aspirar y máxima promesa de felicidad para el musulmán honorable y piadoso, se interpreta en el pensamiento islámico como un lugar idílico situado en el “Más allá”. Y los musulmanes que hacen la guerra santa creen a pies puntillas que es el lugar que Alá les tiene reservado, lo que justifica su propia inmolación.


La “Alianza de Civilizaciones de Zapatero”

El martes, 21 de septiembre de 2004, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, proponía ante la 59 Asamblea General de la ONU, la creación de una “Alianza de civilizaciones entre occidente y el mundo árabe y musulmán para combatir el terrorismo internacional por otra vía que no sea la militar”.

 
La “Doctrina Zapatero” en materia de civilizaciones no la compartía precisamente el profesor Giovanni Sartori, politólogo y profesor emérito de la Universidad Columbia en Nueva York y de la Universidad de Florencia. Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, quien una entrevista publicada por el diario el Mundo, el sábado, 13 de octubre de 2007 afirmaba: “El islam ha declarado la Guerra Santa a Occidente, que no sabe defenderse. Los inmigrantes musulmanes no se han integrado jamás en ningún lado. No se integran porque si uno obedece la voluntad de Dios no puede obedecer la voluntad del pueblo ni respetar el principio de legitimidad de la democracia. Y el islam es un sistema teocrático cuyos miembros están obligados a cumplir la voluntad de Alá, tal y como la interpretan sus clérigos”.


Para muchos, lo de la Alianza de Civilizaciones no deja de ser una ocurrencia. Así Shaun Riordan, ex diplomático británico y director de ZEIA SL, escribía: “Los éxitos de la Alianza de Civilizaciones son meramente “presentacionales”. La necesidad de un nuevo enfoque en la diplomacia del siglo XXI es incuestionable; sin embargo, la Alianza de Civilizaciones no es la respuesta. Presenta problemas tanto teóricos como prácticos, sobre todo en cuanto al enfoque de los conflictos y de las diferencias entre civilizaciones y valores, que incluso podrían empeorar el clima internacional”. 


Por cierto, en el 2017 estamos en el 1438 de la Hegira. Falta mucho para la Ilustración.

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