Opinión

Leonor va a seguir la carrera militar que Franco diseñó para su abuelo

Han circulado diversos ditirambos sobre la carrera militar de la hija mayor de Felipe VI y Letizia Ortiz, incluidas las especulaciones sobre si esa larga estancia por las academias militares era del agrado de su madre. Lo más curioso que esa carrera es exactamente la misma que Franco diseñó para su futuro sucesor, quien, según reveló Sainz Rodríguez en sus memorias (consejero de don Juan) estaba destinado, por voluntad de su padre, a estudiar Sociología en Lovaina. Pero tras la entrevista del dictador con el pretendiente al trono en el Azor, el conde de Barcelona lo puso en sus manos. Como fue en el caso de su padre y de su abuelo, la carrera militar de honor no será exactamente como la de cualquier otro cadete, porque como aquéllos la acompañará un edecán o preceptor en todo momento.
A propósito de este asunto conviene aclarar algunas confusiones constitucionales y equívocos sobre el concepto de “Rey soldado”, término que en España fue introducido por Cánovas para arropar a Alfonso XII, y que en tiempos más recientes ha sido adecuadamente aclarado por el profesor Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional, que ha corregido algunas manifestaciones del mal llamado rey emérito, es decir, del rey abdicado Juan Carlos I, con tratamiento de honorifico,  en alguna Pascua Militar, donde hubo que recordarle los límites de un rey constitucional con respecto a la política de defensa que es competencia del Gobierno del Estado. En su libro “Historia del Ejército en España”, Fernando Puell de la Villa explica que la iniciativa de vincular al titular de la monarquía con las Fuerzas Armadas fue uno de los aspectos más originales de la política canovista. Tal decisión dio origen a una particular forma de interpretar el papel institucional de los militares y contaminó la cultura política de la oficialidad española hasta los años de la Transición a la democracia. 
Alfonso XII, fue enviado a la Royal Military Academy, a fin de redondear su formación en la cuna de la oficialidad inglesa. Fue a primera vez que un monarca español y recibió este modelo de educación. Apenas llevaba Alfonso XII tres meses en Sandhurst cuando Martínez Campos precipitó su proclamación. Escribe Puell de la Villa: “Al llegar a Barcelona a primeros de enero de 1875 y por consejo de su primer ministro, se encasquetó el uniforme de capitán general -prenda que hubo de confeccionarse precipitadamente-, y de esa guisa hizo su solemne entrada en Madrid. Era la primera vez en la historia contemporánea que el rey de España se presentaba ante la nación con arreos militares, seguramente para el alborozo de éstos y la sorpresa de la población. 
Pese a que su formación militar apenas pasó de los ejercicios de orden cerrado en el Campo del Moro, su hijo Alfonso XIII acentuará el carácter militarista de la monarquía, apenas investido Rey.  El profesor de la Universidad de Barcelona Alberto Brull Sánchez-Fortún en un estudio sobre el militarismo de Alfonso XIII recoge una anécdota del propio Romanones, quien describe a la perfección la ignorancia del joven monarca sobre sus límites constitucionales. Según este testimonio Alfonso se emperró en presidir su primer consejo de ministros el mismo día en que jura la Constitución, un 17 de mayo de 1902, al cumplir con dieciséis años su mayor edad. Dice el profesor Brull: “El pequeño rey anuncia que se reserva en exclusividad el ejercicio del caso octavo del artículo cincuenta y cuatro de la recién jurada Constitución, referido a la concesión de empleos civiles, honores y distinciones. De entre la consternación general surgen las palabras del duque de Veragua, recordando al monarca la necesidad del refrendo ministerial, recogida en el famoso artículo 49, para dar validez a las decisiones regias”.
Este sigue siendo el punto sobre el que insiste en nuestro tiempo el profesor Torres del Moral al encuadrar el alcance del rey como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, recordado que el que dirige la política militar y ordena los nombramientos es el Gobierno. No vaya a ser que por error o entusiasmo se vuelvan a cometer los errores de Alfonso XIII, que más de una vez, en alguna guarnición llegó a afirmar que “actúo en todo momento como delegado vuestro”. Alfonso XIII hará de los militares su propio partido. Vamos a ver si Leonor va a ser una cadete como las demás, sin camareta, susceptible de ser arrestada como las demás, pese a que estará asistida por un tutor. La pregunta es si no sería mejor que cursara una carrera completa, en cualquiera de los tres ejércitos, y no repetir el mismo modelo que Franco diseñó para su abuelo.

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