Opinión

La futura vida en prisión de la presunta asesina del niño Gabriel Cruz

Cuando se produce un crimen de tan terrible naturaleza como el que estos días conmueve a España, en el que aparece como presunta asesina la dominicana Ana Julia Quezada, la pareja del padre de Gabriel Cruz, resurge el debate nacional sobre para este tipo de delincuentes es necesaria la prisión permanente revisable. Los que no son partidarios del sistema argumental que es revisable es absurdo llamarle permanente; que la misión de la cárcel es, según la Constitución, la rehabilitación del delincuente, que el Código Penal español ya contiene penas suficientemente duras y que finalmente, la Justicia no puede ser mera venganza o que más vale la impunidad de un delincuente que la condena a un inocente.
Los que mantienen una postura contraria se fundamentan en algunas conclusiones de la psicología forense en cuanto a la imposible rehabilitación de determinado tipo de delincuentes, sobre todo los violadores y otros depredadores sexuales, además de otros asesinos pertinaces que incluso mantienen una postura ejemplar en prisión y que al obtener la libertad vuelven a las andadas. Y en ese mismo grupo se incluye a narcotraficantes pertinaces como Sito Miñanco que son capaces de mantener su actividad criminal incluso dentro de la cárcel.
Los defensores de la prisión perpetua, pero revisable, sostienen que, si al menos la prisión no regenera, al menos aparta de la sociedad a personas que reiteradamente demuestran ser un peligro público, y que en todo caso, si ya no pueden reparar el daño causado, al menos es un alivio para los familiares de sus víctimas, saber que están en un lugar donde ya no podrán hacer más daño.
En las últimas horas, las redes sociales son expresión de la ira popular contra Ana Julia Quezada por el hecho del que, de momento, se considera sospechosa principal, sin mucha posibilidad de defensa, dados los hechos que se van conociendo. Hay una coincidencia generalizada desde la pena de muerte a la cadena perpetua. Pero incluso, en la órbita de Podemos y el feminismo radical se han escrito cosas inesperadas, propias de una sociedad enferma, cuando hay quienes salen en defensa de la presunta asesina con la cantinela de siempre: que si se han lanzado sobre ella por ser mujer, por ser una emigrante dominicana, que si racismo, que si xenofobia, que si machismo.
En todo caso, se abre un capítulo más de la más tenebrosa historia criminal de nuestros días. Cabe preguntarse: ¿dónde va a meter a la presunta asesina de este niño? : España hay tres cárceles de mujeres (Alcalá de Henares, Ávila y Alcalá de Guadaira, en Sevilla, donde estuvo Isabel Pantoja) y las que no caben allí se alojan en los módulos femeninos de los otros centros penitenciarios, que reservan 140 plazas para mujeres.
Y a la hora de responder a ese pregunta y a esa controversia de la pena que debe recaer en casos como éste, podemos contraponer la vida que le espera a esta presunta asesina dominicana en una cárcel para mujeres o en un módulo femenino en España (El modelo de Alcalá-Meco, según el director de este centro). Más o menos la cosa será así, según las instalaciones del centro:
"Las internas llevan una rutina en la que se levantan a la misma hora, van a sus áreas de trabajo (panadería, confección, informática, cocina,…) o bien a sus clases, de formación en Bachillerato o en estudios universitarios (UNED), y suelen comprar en el supermercado que les ofrece la prisión productos de primera necesidad. Recogen la ropa de la lavandería e incluso se prestan sus prendas entre ellas. Algunas forman parte de equipos deportivos de baloncesto, volleyball, o fútbol sala. En el salón de actos se representan las obras teatrales y musicales y poseen diez llamadas telefónicas a la semana, así como cuarenta minutos de visitas entre sábados y domingos para no perder el contacto con quien les espera fuera. El centro penitenciario cuenta además con un vivero, un polideportivo y una piscina".

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