Opinión

¿Cabe despojar a la Guardia Civil el carácter militar?

Como viene ocurriendo cíclicamente, a raíz de las últimas incidencias entre el ministro del Interior, el juez Grande Marlaska y varios altos mandos de la Guardia Civil, se ha vuelto a lanzar la idea de desposeer a esta institución de su carácter militar. Ya en su día, los que pretendieron provocar esa medida se dieron de bruces con la realidad de que otras dos instituciones parecidas como son la propia Gendarmería francesa y los Carabinieri de Italia son, a todos los efectos, cuerpos de naturaleza militar, con funciones semejantes a los de la Benemérita y para cuyos componentes constituye un elemento determinante de su esencia misma y de su historia. Es curioso que el mismo Franco consideró la disolución de la Guardia Civil por el hecho de que en la guerra civil de 1936-1939, la mitad del cuerpo se mantuvo leal al Gobierno Republicano. 

No se puede negar que la torpeza del ministro Marlaska, máxime cuando se reconoce el motivo real de la destitución del coronel de los Cobos, ha puesto a este cuerpo en confiamos los españoles el candelero. Cabe decir que la Gendarmería francesa es el primer cuerpo del Ejército francés. Es una fuerza de policía con estatuto militar, subordinada al Ministerio de Defensa para las misiones militares y bajo la tutela del Ministro del Interior para las misiones de policía. Es decir, como la Guardia Civil. En cuanto a los carabinieri es un cuerpo de Gendarmería y un organismo de seguridad del Estado italiano. Es también una de las cuatro fuerzas armadas de Italia y con la 2.ª Brigada móvil participa en misiones militares de paz en el extranjero. 

Por lo tanto, la Guardia Civil, como los carabinieri y los gendarmes franceses es un instituto armado de naturaleza militar con funciones de policía, dependiente de los Ministerios de Interior y de Defensa que cumple, entre otras, funciones de seguridad ciudadana y orden público. Hoy ampliamente ampliados en todos los ámbitos desde el medio ambiente, el rescate en montaña, el cumplimiento de la ley en el ámbito marítimo, la lucha contra la corrupción, vigilancia de fronteras y la cooperación española en misiones de paz en todo el mundo. 

El ideario de este cuerpo está resumido en su Cartilla.  Su lema es «El honor es mi divisa». artículo 1 de la misma, escrita por el duque de Ahumada en 1845, que dice: «El honor es la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás». Refleja el espíritu que rige al Instituto y la cualidad más valorada por el mismo.  El concepto de honor es"la cualidad moral que lleva al más exacto cumplimiento de los deberes", es decir, como sinónimo de honestidad y honorabilidad. En la época de Franco, los guardias civiles no podían vestir de paisano públicamente, y la autorización para no dejar de vestir de uniforme prácticamente se mantuvo hasta el primer tercio del siglo XX.

La Dirección General de la Guardia Civil es el nivel superior del escalafón. Desde la creación del Cuerpo hasta el nombramiento en 1986 del primer civil, Luis Roldán, ha sido ostentada por tenientes generales del Ejército de Tierra. Dada la controversia actual con el ministro Marlaska y que provocó antes y ahora la destitución de algunos mandos o la renuncia de otros, cabe señalar que, uno de sus órganos esenciales es el Mando de Operaciones, a cargo de un teniente general en servicio activo. Y hay tres jefaturas esenciales: Información, Policía Judicial y la Unidad Central Operativa (UCO).

Que la Guardia Civil es un cuerpo en el que confiar se puso de manifiesto en los años 50, en tiempos de Franco. Inicialmente, el control del tráfico en las carreteras se encomendó a la Policía Nacional y de Tráfico (PAT, ponía en la matrícula de los coches), pero hubo que sustituirla por la Guardia Civil, creando la Agrupación de Tráfico, ya que, dada la precariedad de los sueldos de entonces, muchos policías destinados al tráfico protagonizaron casos de corrupción, sobre todo con los camioneros. Trascendieron los casos de que algunos de ellos se dedicaban a representar a empresas diversas y en más de una ocasión, aprovechaban que detenían a un camionero para venderle una lona a cambio de quitarles la multa por la infracción cometida.

Las encuestas del CIS reflejan que es la institución más valorada y en la que más confían los españoles.

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