Opinión

Incertidumbre socialista

El PSOE ha comenzado el año sumido en la misma indefinición con la que acabó el pasado. Todavía, reunión tras reunión de la gestora, no se ha definido cuándo se va a celebrar el congreso, aunque el sector “sanchista” no logrará su pretensión de que se convoque cuanto antes, en el mes de abril. Sin embargo, tampoco el sector “susanista” podrá celebrar una conferencia política que allanaría la celebración del XXXIX Congreso.
En las circunstancias actuales ninguno de los líderes que tienen pretensiones de alzarse con el liderazgo está dispuesto a dar el primer paso hasta que sea imprescindible. Está decisión que genera incertidumbre tiene una lógica aplastante para cada uno de ellos. Si lo hiciera Pedro Sánchez, caería sobre él toda la presión mediática por parte de los sectores conservadores que quieren ver al frente del PSOE a Susana Díaz. Y si lo hace la presidenta andaluza, tampoco se haría esperar la reacción de los partidarios de Sánchez, aunque cada vez se estrecha más el cerco sobre Susana Díaz y son cada vez más sus muestras de que, en efecto, optará a la secretaría general del PSOE y que lo tendrá que hacer en competencia con otras candidaturas. Sin aclamación.  
Y entre medias queda el representante de la tercera Vía, Patxi López, que espera que Pedro Sánchez de un paso al lado porque considera que quien fue secretario general y que salió del partido defenestrado por la mitad de la organización no es un líder sobre el que se pueda sustentar la necesaria unidad del PSOE. 
A falta de unos apoyos muy explícitos el expresidente del Congreso utiliza los medios de comunicación para hacer llegar su proyecto de país, pero sin abordar, por el momento, la cuestión esencial, que no es otra que la parte del espectro ideológico en la que se va a situar, entre aquellos que quieren recuperar el “PSOE de las mayorías” y el partido que se parece más a España y que durante más tiempo ha gobernado, pero que no ha sabido dar una respuesta socialdemócrata a la crisis y  que ha sido señalado como responsable de políticas neoliberales; o el partido de izquierdas que defienden lo “sanchistas”, capaz de disputar el territorio a Podemos o de entablar relaciones con él, pero que tiene que hacerse perdonar los últimos años de gobierno de Rodríguez Zapatero que incumplió la promesa de no dejar a nadie en la estacada y salir todos juntos de la crisis.   
La cercanía que tuvo Patxi López a Pedro Sánchez también juega en su contra a no ser que este le diera su bendición. Pero aquella relación también le supone trabas importantes para encabezar la operación en marcha de “Ni Su ni Sa”, que llevan a cabo barones que se encargaron de retirar a Pedro Sánchez y de animar a Susana Diaz, pero que se han dado cuenta de que con ese enfrentamiento no se cerrará la división del partido. Y hay otra cuestión que queda por resolver y que tiene una importancia capital de cara a la celebración de unas primarias es el encaje entre el PSC y el PSOE, sin que por el momento las comisiones de ambos partidos hayan cerrado el nuevo protocolo de acuerdo, porque los votos del PSC pueden ser determinantes a la hora de elegir al próximo líder de los socialistas   
Mientras un Comité Federal no establezca la fecha  de celebración del congreso socialista todos los candidatos se seguirán moviendo en la incertidumbre  

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