Opinión

Si lo llego a saber

Es un hecho evidente la fragilidad del ser humano y su condición rematadamente vulnerable a pesar del permanente avance de los métodos técnicos y científicos. La naturaleza humana está expuesta a un infinito abanico de factores determinantes que van elaborando minuto a minuto su destino. Contemplando desde me encierro forzoso la pantalla de un televisor ocupada por entero con el rostro macilento y cariacontecido del presidente del Gobierno, reflexiono sobre esa condición de contingencia que nos distingue a todos y que ha prendido sus garras en las espaldas de un presidente del Ejecutivo que no sospechaba ni por lo más remoto que un elemento tan imprevisto como este virus de pesadilla, transmisor de una enfermedad infecciosa para la que aún no se conoce vacuna, destruyera de un plumazo los sueños de honores y gloria con los que disfrutaba el día en que ganó de carambola una moción de censura que le condujo al encuentro de su destino soñado. Su ascenso al palacio de la Moncloa, el lugar ambicionado por el joven Pedro Sánchez,  atractivo abogado sin grandes méritos profesionales y personales que se encontró, de buenas a primeras, y tras ser defenestrado previamente por sus propios compañeros de partido, convertido en primer ministro del reino. No sospechaba la amargura de su sino aquel día en que se mitró al espejo por fin dueño de lo que más anhelaba en su vida. Ganó el cara y cruz de la moción planteada, pasó la cuchilla por los que consideró traidores en sus propias filas, rehuyó hasta que no pudo más su promesa de convocatoria electoral y, una vez obligado a acudir a las urnas, apuró dos elecciones y tragó los sapos más amargos, hasta coronar su objetivo.
Hoy se enfrenta al peor escenario posible. Lucha contra un agente sorpresivo que le ha robado la estabilidad, la gloria y el sueño, que ha infestado a su mujer y le ha quebrado por la mitad sus ambiciones políticas. Todos sus proyectos de triunfo y pasaporte a la posteridad están arrinconados por el momento en función de un ingrato escenario al que tiene que hacer frente acompañado de equipo de Gobierno producto de un pacto que desnuda divisiones insalvables y en el que no confía. Sánchez es un ejemplo trágico de la flaqueza que define la condición humana. En resumen, si lo llego a saber no vengo.

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