Opinión

Sánchez como Sansón

Las metáforas acuáticas suelen ser de mal agüero. Pedro Sánchez escogió la de la piscina con agua para ilustrar su voluntad de zambullirse en el torbellino de las primarias del PSOE. Elecciones para escoger un líder en las que, como se sabe, este partido centenario se juega bastante más que la elección de un nuevo secretario general. A la manera de Sansón, Sánchez comparece encadenado a las columnas del Templo de los filisteos. Sería indecoroso negar a los militantes socialistas que ya una vez le eligieron para el cargo que pudieran revalidarlo visto que posteriormente fue defenestrado por la conjura de los notables del partido. Sánchez tiene derecho a reivindicarse pero tengo para mí que debería ponderar el riesgo de fractura del partido que va implícito en su candidatura. Contra Patxi López, antiguo partidario suyo, Sánchez tiene todas las de ganar.
La candidatura de López, en su papel de alfil de los barones para favorecer las opciones de Susana Díaz, se ha quedado obsoleta. Al anunciar que está decidido a presentar batalla en las primarias Pedro Sánchez emplaza a la presidenta andaluza a decidirse y dejar de amagar. Sánchez la ha retado en su propio feudo escogiendo Andalucía para dar más sonoridad al gong del inicio del combate. Aunque la señora Díaz hace ver que todavía "no toca" anunciar si va a presentar batalla para hacerse con el liderazgo del partido, su decisión reviste gran importancia para el futuro del PSOE porque está muy dividido y una parte de la militancia parece haber sido reclutada para la furia. Nunca antes el PSOE había padecido una crisis de este calado y de ahí se deriva la incertidumbre acerca de cómo puede concluir el proceso de las primarias y si, conocido el resultado, remitirá el actual estado de crispación entre los militantes.
Por otra parte, a nadie se le escapa que el resultado de las primarias también traerá consecuencias para la gobernación de España. Si Sánchez triunfa, Mariano Rajoy no podría contar para nada con el concurso de los socialistas y tendría que poner en práctica el plan "B".
Fue diseñado al inicio de esta compleja legislatura en la que el PP no cuenta con mayoría parlamentaria absoluta y en esencia consiste en aguantar hasta mayo o junio y convocar nuevas elecciones. Por volver a Sansón: hoy por hoy, nadie está en condiciones de proclamar la verdadera fortaleza de las columnas del Templo.

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