Opinión

Sánchez no perdona

Fieles al dictado de una costumbre muy arraigada en la política española -al adversario, ni agua- en el PSOE y en el PP están elaborado las listas de candidatos a las próxima elecciones. En el caso de los socialistas quienes apoyaron a Susana Díaz en la pugna con Pedro Sánchez están siendo eliminados de las listas. Sánchez no perdona. Está pasando factura a quienes no le querían de secretario general o recelaban de sus tratos con los separatistas. Más de la mitad de diputados del Grupo Socialista no repetirán como candidatos.
Casos como el del extrañamiento de Elena Valenciano, la eurodiputada que lo fue todo el partido cuando mandaba Alfredo Pérez Rubalcaba, se convierten en algo parecido a un aviso a navegantes. Aviso que tiene en vilo a Pepe Blanco ex ministro y número dos del partido en tiempos de Rodríguez Zapatero. Sánchez ha conseguido colocar a todos los ministros que quieren seguir en la política como cabezas de lista incluso en provincias en las que nunca han puesto un pie.
No es Ferraz quien manda en el PSOE, es Sánchez desde La Moncloa. Quienes se le han enfrentado han perdido el pulso. Está por ver lo que aguanta Susana Díaz al frente de la tropa socialista en Andalucía. Ante el poder, las lealtades cambian de bando o se rinden. Si Sánchez consigue mantenerse al frente del Gobierno, los próximos años veremos un PSOE actuando a la americana, como estructura al servicio de un hiper liderazgo. Si fuera apeado del poder, entonces los rencores cambiarían de bando y del "sanchismo" no quedaría más que el recuerdo de los muchos memes a los que está dando pie el trabajado proceso de culto a la personalidad que le organiza Iván Redondo.
Como digo, a otra escala, también en el PP cuecen habas en el puchero de la memoria reciente de la pugna por hacerse con la presidencia del partido. Pablo Casado se impuso a Soraya Sáenz de Santamaría y quienes apoyaron a la ex vicepresidenta tienen pocas posibilidades de repetir como candidatos. El caso de Celia Villalobos ahorra cualquier explicación aunque la veterana ex ministra, fiel a su trayectoria de sinceridad, lo ha dicho con todas la letras. Apoyó a Soraya y perdió y por eso no cuentan con ella. Reconociendo que los líderes tienen derecho a crear sus equipos, cuando se trata de partidos políticos -instrumentos que deberían estar al servicio de la sociedad-, sería deseable que al elaborar las listas primara un criterio de selección relacionado con la capacidad profesional y el mérito de los candidatos. No con la disposición servil a secundar al líder de turno. Ya sé que es mucho pedir.

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